Mayo 2010
200 años de la Patria

La celebración del Bicentenario de la Revolución de Mayo, como todo aniversario, es un momento propicio para el balance, los interrogantes a largo plazo y la proyección al futuro.

En este caso también el acontecimiento, que se identifica con la fundación del país, reverbera sobre el año 1910, el del Centenario, identificado desde siempre con el apogeo de nuestra existencia como Nación.

En las reminiscencias que dominan estos días, conviven varias actitudes.
La vocación por comprender lo que nos pasa a partir de lo que sucedió y además hacer una interpretación del pasado para proyectar el futuro.

Ortega y Gasset decía que “somos lo que fuimos y lo que nos pasó”.
La historicidad, es decir, la conciencia de la propia temporalidad, es nuestra esencia. El vínculo entre el pasado y el presente es problemático y dicho pasado alberga muchas claves para nuestro presente como Nación.

La visión tal vez utópica para su tiempo de los próceres de Mayo que soñaban una nación libre, abierta al mundo, con igualdad y equidad para todos debe seguir siendo uno de los pilares de pensamiento de las generaciones actuales.

El pasado nos enseña y las actitudes que tomemos de aquí en adelante para hacer reales aquellas utopías, dependen únicamente de nosotros.

Evitemos el fácil maniqueísmo al que nos quieren someter para interpretar acciones y actitudes del pasado y para proyectar soluciones a futuro, utilizando todo lo bueno que hay en las distintas posiciones ideológicas.
No podemos evaluar a quienes actuarían en el pasado como si hubieran estado en posesión de la información con que contamos ahora. Hoy sabemos mucho más sobre el tiempo y las circunstancias que le tocaron vivir a Saavedra o al mismo San Martín, que ellos mismos en el momento que protagonizaron algunos acontecimientos.

Y no se puede evaluar la Conquista del Desierto y la expansión exportadora de fines del siglo diecinueve con los criterios morales o políticos del siglo veintiuno.

La celebración del Bicentenario nos tiene que poner en la situación de volver a refundar la Nación con la mirada altruista, honesta, valerosa de aquellos hombres que querían la libertad para su patria. Pero ahora con una visión de equidad, justicia e inclusión social, educación universal y desde el punto de vista de la salud, igualitaria y de alta calidad para todos, en un ambiente de democracia y de consenso respetuoso para las ideas de todos.

La Historia nos enseña. Aprendamos de ella.

 
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