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Octubre 2012
Violencia y destrozos en los hospitales
 

No debemos acostumbrarnos y no lo vamos a hacer. La mezcla explosiva de falta de insumos, personal insuficiente, desgaste laboral, exclusión social de gran parte de la población y el consumo de drogas van llevando a un estado de grave inquietud y de incertidumbre a los trabajadores de la salud.

Lo que sucedió el domingo 16 de septiembre a la madrugada en el Hospital de Moreno es una repetición de lo que sucede en todos los hospitales del conurbano, del interior de la provincia y que ha llegado a la Capital Federal.

La policía dejó de estar en los hospitales bonaerenses y la seguridad privada no sirve para proteger a los trabajadores y a los pacientes.

Además, ahora los violentos no sólo agreden a los médicos y enfermeras, sino que se dedican a romper los hospitales, las salas de rayos y emergencias y provocan destrozos en aparatología de difícil reposición.

Esto pone de manifiesto en qué estado mental están estas personas que no se dan cuenta que al único lugar al que pueden ir cuando tienen una urgencia es al hospital público, que siempre les brindará atención, pero que si es destruido, no conseguirán en ningún otro lado quien les solucione el problema.

Tampoco basta con que las autoridades sanitarias de la provincia manifiesten su apoyo y solidaridad con los trabajadores de la salud.

Las soluciones para la coyuntura deben ser urgentes y consensuadas entre los Ministros de Salud y de Seguridad de la provincia y las entidades profesionales y gremiales y aplicadas de inmediato.

Mientras tanto, ir solucionando la falta de insumos y de personal, especialmente en los servicios de guardia y de emergencias. No dejemos que los violentos nos ganen.

 
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