Septiembre 2014
Salud sin violencia
 
La violencia, tan antigua como el hombre mismo, es un tema prioritario de estudio e investigación, pues en los últimos años se ha producido un considerable aumento de la misma en todos los ámbitos.
Las causas son de distinta índole que atraviesan fronteras,razas, religiones, malas condiciones de vida socioeconómicas, y marginalidad social.
Así los efectos negativos de la violencia están presentes en todo lugar donde el quehacer humano se manifieste y se reconoce que los ambientes laborales más expuestos a actos violentos son los de atención sanitaria en especial los trabajadores de las áreas de emergencia de los establecimientos hospitalarios o centros de atención primaria.
En los últimos tiempos no hay día en que no hayan actos de violencia contra los médicos o personal de salud en la ciudad de Buenos Aires, en el conurbano o en el interior de la provincia.
Desde agresiones a las guardias por bandas armadas, con destrucción de las mismas, hasta agresiones físicas a los profesionales en un humilde centro de salud.
El común de la gente no sabe lo que es el estar atendiendo una guardia durante 24 horas, en condiciones precarias de trabajo, a veces con más de 100 pacientes en un centro de atención del conurbano en barrios humildes sin protección de ningún tipo.
Los abnegados profesionales que cumplen esa función están sometidos permanentemente al stress laboral por exceso de trabajo y sufren las consecuencias en su salud física y psíquica.
Tenemos que volver al respeto y la consideración en el trato, tanto del paciente al médico como de este al enfermo y procurar que la relación entre ellos sea de mutua confianza para lograr una atención de calidad. El mejoramiento de las condiciones de vida socioeconómica de la población es la base de la solución de la violencia, pero en la coyuntura hay que actuar con urgencia en la prevención.
Sabemos que las autoridades de salud y de seguridad de la provincia junto con las entidades que nuclean a los médicos se hallan abocadas a tratar de solucionar estos problemas y se han adoptado algunas medidas en ese sentido, pero no son todavía suficientes.
Debemos ser constantes en la acción y persistentes en el tiempo para así erradicar la violencia total-mente en el ámbito de la salud.
 
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