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EDICIÓN
OCTUBRE 2005 |
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"DEPENDIENDO
DE UN PÉNDULO" |
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Dr. Carlos Vázquez de Novoa |
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Treinta y seis millones de habitantes que tiene
aproximadamente la Argentina, miles de instituciones
oficiales que conforman su estructura funcional
como nación, otras tantas organizaciones
no gubernamentales (ONG), cientos de universidades
nacionales y privadas (algunas de ellas reconocidas
y distinguidas en el extranjero), cinco Premios
Nóbel de distintos rangos (literatura, medicina,
bioquímica, etc.), incontables e ilustres
ciudadanos destacados que trascendieron y trascienden
nuestras fronteras, al parecer, de acuerdo a las
tapas de algunos principales comunicadores gráficos
y televisivos de nuestro país, estarían
por perder su bien logrado reconocimiento, por una
pelotita que a manera de un péndulo se desplaza
entre las cabezas de dos futbolistas, uno de afuera
(Pelé) y otro de adentro o local (Maradona),
ante las cámaras de una televisora argentina
con un rating superior a treinta (30) puntos. |
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Guiraldes,
Larreta, José Hernández, Rojas,
Lugones, Borges, por nombrar algunos, me parece
verlos si revivieran, con sus ojos desorbitados,
observando anonadados la degradación
cultural de la Argentina, en otros tiempos
la capital europea de América del Sur,
por su nivel de educación y conocimientos
generales de su población. |
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Entiendo, que no debemos ser desagradecidos con
quienes nos distinguieron más allá
de nuestros confines, sea por la trascendencia
de sus investigaciones y pensamientos para mejorar
la calidad de vida del ser humano (Saavedra Lamas,
Houssay, Milstein, Leloir, Esquivel, etc.), o
por sus aportes literarios (José Hernandez,
Bioy Casares, Borges, Bullrich. etc.) o por la
destreza o habilidad en los deportes (Delfor Cabrera,
Demiddi, Nicolao, Fangio, Locche, Monzón,
Di Stéfano, Reutemann, Vilas, Maradona,
etc.), o en el arte (Berni, Quinquela Martín,
Jorge Donn, Julio Bocca, etc) o en muchas otras
actividades, sin olvidarnos de nuestros históricos
próceres. Nuestro agradecimiento estará
siempre presente.
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Pero sin la intención de discriminar, en
la pirámide que se va conformando a través
de los tiempos, con los segmentos o nichos que ocupamos
los millones de hombres y mujeres, que ejercemos
un trabajo , una profesión, una determinada
responsabilidad, no todos nos ubicamos en la misma
altura de aquellos. Algunos estamos casi en la base
y otros más arriba, según una escala
de valores consensuada universalmente, de acuerdo
a la calidad del aporte que realizamos. |
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De ninguna manera debe pensarse que esta realidad
precedente, tienda a ser discriminatoria, porque
un gol, hablando de fútbol, puede hacerse
mediante un optimo reflejo, cuyo efector sea una
pierna o un pié, como también utilizando
una metáfora, el mismo gol se puede lograr
en el silencio de un laboratorio, obteniendo nada
más ni nada menos que una disyunción
mitótica que caracterice una enfermedad
o un síndrome o el descubrimiento de un
gen que sintetice parte de la razón de
la vida.
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La diferencia está, en que el primer gol
citado a modo de ejemplo, quedará en la
retina y memoria de quienes tuvieron la suerte
de verlo y pasará al archivo de los recuerdos,
pero el segundo que podría identificarse
en una vacuna antipoliomielitica, o en una fórmula
analgésica o en un órgano trasplantado
que salve una vida, nunca pasará ni integrará
el fondo de una mochila de acontecimientos comunes,
por el contrario, servirá de base permanente
para continuar salvando vidas o mejorando la calidad
de éstas, claro sin el rating televisivo
de la imagen que ilustra la presente nota.
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Sin menospreciar a los artrópodos crustáceos
decápodos (cangrejos), pareciera que deliberadamente
estamos tratando de imitarlos en sus movimientos.
Por suerte, desconocemos sus capacidades instintivas
o sus elementales asociaciones neuronales, porque
sería por demás muy angustiante
llegar a una conclusión de que también
nos estemos somatizando.
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El contrasentido nos está convirtiendo
en realidad aquello que nuestro sentido común,
nos indica como lo más alejado de lo correcto
y ello es peligroso para la formación de
generaciones futuras, a las que dejaremos desválidas
y frustradas , sin capacidad de racionalizar los
valores. |
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La mano de Dios, dejó de ser tal, al hacerla
pública y aceptarla como un acto burlesco,
su propio autor. Con ello el simbolismo picaresco
del fútbol de potrero, pasó a integrar
la sombra que acompaña a todo argentino
y que lo distingue negativamente fuera del país,
con el rótulo de la "viveza criolla".
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Todos conocíamos y aceptábamos graciosamente,
el gol con la mano que el Sr. Maradona les hizo
a los ingleses. ¿Pero era necesario que,
pantalla de televisión mediante, se le dijera
al mundo que a casi veinte (20) años, continuamos
celebrando y no se sabe hasta cuando, una incorrección
deportiva?. |
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Es la sociedad argentina, en la que me incluyo,
que hace mucho viene teniendo una actitud confusa
y aceptando un discurso galimático. Su caída
en lo absurdo y en la obsecuencia es preocupante
y se está convirtiendo en grotesco. Personajes
representativos de nuestro medio cultural gustosamente
intercambian niveles de rating por sus valores personales,
dando por cierto aquello que supo significar Discépolo
cuando dijo " es lo mismo una Biblia que un
calefón". |
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Oppenheimer decía que el genio conoce la
respuesta antes que la pregunta. Los genios no se
imitan, no se pueden imitar. Eso es el señor
Maradona en el futbol, pero hasta ahí. |
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El mundo se mueve de otra manera, lo hace en las
ideas de genios y medios genios que ordenan las
cosas con fines de utilidad humanitaria y en beneficio
de todos y no solamente de los que aman el futbol.
Las satisfacciones que compensan nuestra visión
y los estados emocionales intensos, que bloquean
las preocupaciones cotidianas y hasta los mecanismos
estresantes a los que la vida moderna nos expone,
como son las excitaciones de una excelente figura
de gol, que puede dibujar un futbolista de la calidad
del Sr. Maradona, deben ser consideradas con un
prudente criterio. La idealización exagerada
de su habilidad nos lleva al terreno de confundir
los hechos y sus consecuencias y a la admisión
por parte de una población no preparada,
de que la pendulación de una pelotita, es
lo más próximo al punto de la pirámide,
donde se resguardan los niveles de la excelencia
humana. |
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No interesa la vida privada del Sr. Maradona.
Le pertenece y puede hacer de la misma, todo aquello
que sus costumbres y formación cultural le
aconsejen. Si en la presente nota se lo menciona,
es para señalar a la sociedad a la que pertenece,
como dueña de una amnesia y moralina que
llama la atención y que menosprecia aquel
nostálgico orgullo de ser argentino. |
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