EDICIÓN FEBRERO 2006  
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Conformismo y adaptación
 
Podríamos imaginarnos al hombre primitivo, aquel ser cuyo hábitat era una caverna oscura, aun de día, pero donde él conocía a la perfección sus rincones, sus desparejas paredes por llamar de alguna forma los límites internos de la misma, sus pisos llenos de piedras que precisamente no eran cantos rodados, algunas de las cuales podrían ser elegidas para apoyar su cuerpo, cubierto de cueros y sogas de enredaderas salvajes.?
 
Podríamos imaginarnos ese mismo hombre, inmediatamente después de descubrir el fuego, sin duda alguna con menos frío y sentado en una de sus rocas preferidas, a la luz tenue de las llamas de tres o cuatro leños encendidos, labrando con una piedra astiforme a manera de buril, especie de dibujos informes que muchas veces representaban formas de animales o manos humanas, los que quedarían como mensajes (gliptografía) para los hombres del futuro?
 
La respuesta es si. Nuestra mente haciendo funcionar un poco más de sus neuronas cotidianas, sin tanto esfuerzo, porque lo ha visto en publicaciones afines (gliptología), podría lograrlo. Imaginar un individuo de estatura mediana, encorvado, con brazos largos, manos cuarteadas con uñas que semejan garras, con un rostro escondido dentro de una barba con colgajos irregulares pegajosos y una frente cubierta de abundantes pelos, tan pegajosos como su barba, sentado, observando desde su cueva a manera de un atalaya, la inmensidad de un mundo que le pertenecía, no es una visión difícil de componer.
 
Esta introducción no muy ortodoxa, tiene el objetivo, mediante un ejercicio mental de crear una figura a través del uso de las palabras (escuchando una ópera, mediante el sonido, imaginamos su escenografía, con más razón si tenemos conocimiento de su argumento), y de llevarnos a situaciones, de comparar sucesos que tenemos que vivir, hoy en nuestros días del siglo XXI, como protagonistas en un escenario en el que nos introdujeron sin consultarnos, al igual que aquel cavernícola, con la diferencia que a él lo puso Dios o el creador de todo lo que existe. Debo aclarar que no es la intención de lo que hasta aquí es la introducción del tema, originar un galimatismo, tampoco un informalismo pictórico de Pollock y menos un historicismo.
 

Partiendo del concepto que hoy ya es ayer, que esta frase ya no es ahora y que mañana existe solo en la imaginación, toda vez que hay vivirlo y cuando ello ocurre dejó de ser mañana, para en exiguo tiempo dejar de ser presente, refiriéndonos a la velocidad imparable del tiempo y su consecuencia, que nos obliga a comprimir el espacio existente entre aquel hombre primitivo y el contemporáneo, en no más de pocos disquetes dentro de los cuales estamos también nosotros, algo apretados.

 

Se nos presentan dos alternativas: una continuar estampados en el reducido espacio del fuelle de las circunstancias y la otra de tratar de asomar nuestra cabeza, despegándonos del apretujamiento incómodo donde nos situaron, para observar que ocurre a nuestro alrededor y animarnos a llamar la atención. Si optamos por esta ultima y observamos lo que esta sucediendo, la sorpresa podría ser tal, que hasta desearíamos volver a donde estábamos.

 
El orden que aparentemente vemos a nuestro alrededor, es un desorden majestuoso, que mirado desde arriba nos semeja un juego de ajedrez, con sus escaques blancos y negros, ocupados por figuras cuyos desplazamientos están concienzudamente calculados, pero que a nivel del suelo, es una lucha despiadada donde el yoismo prevalece sin contemplaciones, salvo muy honrosas excepciones, que son las que permiten la civilización y la evolución.
 
No obstante, de ese desorden y de tantos egoísmos, el hombre por su instinto de auto conservación, por sus miedos y sus necesidades, fue creando gracias a las honrosas excepciones que mencioné, los medios y los caminos imprescindibles por los que logró llegar a la altura de este siglo y posiblemente de los que vendrán.
 
Pero hace a la salud espiritual y a la dignidad humana preguntarnos: ¿si somos capaces de recrear la imagen del hombre prehistórico y reconocer lo que sucedió después de él, como es posible que no podamos imaginar un mundo mejor al que compartimos, en un silencio intolerable, solo interrumpido por algunos locos soñadores (Platón, Aristóteles, Dante Alighieri, Santo Tomás de Aquino, Shakespeare, Cervantes, Gandhi, Marx, Freud, Teresa de Calcuta y tantos otros)?
 
No tan locos, ni soñadores, si pensadores que marcaron rumbos, hombres y mujeres elegidos:
"Solo soy un alma extraviada, que se esfuerza por ser totalmente buena", Gandhi;
"El estudio de la verdad es difícil y fácil. Prueba de ello, es que no es posible, ni que alguien la alcance plenamente, ni que yerren tantos", Aristóteles;
"No puedo continuar con la Sumas, La teológica y la Contra Gentiles, todo lo que escribí me parece paja comparado con lo que vi y me fue revelado", Tomás de Aquino;
"Los filósofos son los que han interpretado el mundo de diversos modos, pero la tarea real es transformarlo", Marx;
"Hay que distinguir entre la pulsión -triebe- de vida (Eros) que aglutina el impulso del Yo o de auto conservación y los impulsos sexuales y la pulsión de la muerte (Thanatos)", Freud.
 
Podemos continuar citando y describiendo los pilares o jambas que sostienen los dinteles o puntales de nuestro mundo, en el que la mayor parte de sus integrantes nacen, se desarrollan y mueren ignorados, por su propia desidia, por su subordinación, para ellos natural, a un orden establecido por individuos inferiores, si los comparamos con algunos de los citados precedentemente, pero oportunistas que tienen la habilidad de hacer creer a esa mayoría humana, de que son fundamentalistas, auto convencidos que están para cambiar la historia, término que olvidan representa siempre el pasado, en el que por suerte o dejaron de existir como lo que creyeron ser y si existiesen estarían calificados por los daños y no por el bien que causaron.
 
Cabe decir que en ocasiones muy frecuentes, las políticas de estos influyentes son las que deliberadamente impiden el conocimiento de las verdades, mediante la desinformación, la simulación de destacar que tienen brillo propio o la imposición patoteril que caracteriza sus actitudes hegemónicas. Ejemplos abundan, no haciendo falta citarlos por sus nombres, sino por sus actos que promueven guerras, destrucción, enriquecimientos ilícitos, enrarecimientos climatológicos, desnutrición infantil y también adulta, falta de respeto a las emblemas que utilizan como escudos reiteradamente (derechos humanos),etc. etc., y además la muerte.
 
Gran parte de aquellos seres que pasan ignorados, sucumben o se conforman y se adaptan dócilmente a las circunstancias o al modus vivendi que le tocó en el reparto.
Con igual pasividad a la de aquel hombre primitivo, que por desconocer el valor de la libertad absoluta, (el hombre unidimensional de Marcuso) que poseía, nunca supo disponer adecuadamente de ella y tampoco se animó a desplazarse más allá de su oscura caverna.
En nuestro mundo de hoy, aumentan los pobres e indigentes y los que tienen hambre, pero los que gobiernan siguen mirando hacia el lado opuesto. Sin embargo.....................
"siempre ha ganado quien sabe amar, soportar y perdonar, no el que lo sabe todo y todo lo enjuicia" Hermann Hesse.
 
Dr. Carlos Vázquez de Novoa
 
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