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EDICIÓN
ABRIL 2006 |
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Biografía
del Dr. Arturo Oñativia |
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De personalidad multifacética, fue
un hombre que no sólo se destacó
como médico, docente e investigador,
sino también como político.
Fue capaz de generar y gestionar, a través
de la función pública, obras
trascendentes de enorme envergadura y beneficio
para la sociedad argentina. Fue un hombre
que comprendió que el "bien común"
es una causa por la que vale la pena luchar
aunque se corra el riesgo de perderlo todo.
Tuvo sueños grandes, los supo compartir,
sembró su trabajo y cosechó
esperanza. |
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Nació en Salta el
16 de abril de 1914. Cursó la escuela
primaria y secundaria en esa ciudad y se recibió
de bachiller en 1932. Continuó sus
estudios universitarios en la Facultad de
Ciencias Médicas de la Universidad
de Buenos Aires, allí obtuvo su doctorado
con la calificación de sobresaliente. |
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Su actividad médica asistencial comenzó
en Clínica Médica en el Hospital Torcuato
de Alvear y en 1942 concursó y ganó
un cargo como médico endocrinólogo
en el Hospital Rivadavia, donde su jefe fue el doctor
Enrique del Castillo. Completó su formación
de postgrado en endocrinología a través
de innumerables cursos de capacitación y
de intensos trabajos científicos. También
se desempeñó como docente en ese mismo
hospital y compartió esta actividad con el
doctor Tobías en Clínica Médica
y con el doctor del Castillo en Endocrinología. |
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Algunos compañeros de hospital recuerdan
su destacada capacidad de observación,
su prolija minuciosidad en el examen clínico
que realizaba a sus pacientes, sin perder nunca
de vista que el enfermo es una persona cuya unidad
psicofísica debe ser comprendida en forma
integral. Este abordaje pone de manifiesto su
profunda formación humanística.
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Como investigador realizó treinta y dos
trabajos que fueron publicados en revistas nacionales
y extranjeras. Participó, además,
de la redacción de libros sobre endocrinología
y también en traducciones al castellano
de varios libros de la especialidad.
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De regreso a Salta |
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Durante 15 años, el doctor Oñativia
trabajó en distintos centros de salud de
Buenos Aires hasta que en 1955, regresó a
su Salta natal. Volvió decidido a volcar
toda sus capacidad y energía en la creación
y en la puesta en marcha del Instituto del Bocio
y luego, el de Endocrinología. Toda su labor,
junto con los trabajos del doctor Perinetti en Mendoza,
fue pionera en la erradicación del bocio
endémico en el país. |
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Por aquellos años, las estadísticas
señalaban niveles altísimos en el
impacto del bocio en la población del Noroeste
Andino (NOA). En ese momento la prevalecía
del cretinismo bocioso era del 41 por ciento, y
en algunas regiones, como en el Valle Lema, era
del 100 por ciento. Esta enfermedad afectaba de
manera definitiva el desarrollo intelectual de las
personas en una muy extensa región argentina
que abarcaba casi todo el NOA. Eso tenía
repercusiones no solo individuales sino sociales:
una gran porción de la población de
nuestro país estaba virtualmente "condenada"
al subdesarrollo intelectual y económico
debido a una deficiencia en el tratamiento del bocio. |
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Ante perspectivas tan dramáticas, la creación
del Instituto del Bocio contó con múltiples
apoyos: con el de la población de la región,
el de la Universidad de Tucumán, el de los
gobiernos de las provincias afectadas y el de la
Nación, pero por sobre todo con la inquebrantable
fe, perseverancia y la capacidad de trabajo del
doctor Oñativia. El Instituto fue modelo
hospitalario, por su atención al enfermo,
por su producción científica, por
la formación de médicos y paramédicos
especializados y por la interrelación y la
sinergia que se generó con otras instituciones
del país y del extranjero. |
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Como Ministro de Salud Pública |
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En 1963, durante el gobierno del doctor Arturo
Illia, fue convocado para ejercer el cargo de Ministro
de Salud Pública. El ex senador Adolfo Gas,
señaló en un discurso de homenaje,
realizado en esa Cámara en 1985 para recordar
al doctor Oñativia que para éste,
"la salud era uno de los hechos primordiales
en todos los actos de gobierno". |
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Desde ese cargo, Oñativia complementó
su tarea de erradicar el cretinismo bocioso a través
de la promulgación de la ley 17259 de "Obligatoriedad
del uso de la sal enriquecida con yodo como profilaxis
del bocio endémico". Con esta ley,
se reglamentó el enriquecimiento de la sal
con yodo para uso alimentario humano y animal. Esta
ley se fundamentó en estudios realizados
en diferentes provincias, como Catamarca, Chaco,
Formosa, Jujuy, La Pampa, La Rioja, Mendoza, Misiones,
Neuquén, San Juan, San Luis, Salta, Tucumán
y Tierra del Fuego, en las que el índice
de bocio oscilaba entre el 12 y el 50 por ciento.
También se consideró el uso de sal
enriquecida para la alimentación animal,
ya que al tener la carne un muy alto consumo en
nuestro país, era bueno que la sal enriquecida
llegar al ser humano a través de esa vía.
Además, se detectó que en el ganado
lanar, vacuno y porcino, la carencia de yodo alteraba
su reproducción y su pelaje, acarreando consecuencias
adversas incluso desde el punto de vista económico. |
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En 1997, a la ley 17.259 se le agregó una
especificación en el artículo 10 que
señalaba que las sales producidas con disminución
de sodio para el consumo en personas con hipertensión,
también debían ser enriquecidas con
yodo. |
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Importantes iniciativas |
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Oñativia impulsó toda una serie
de iniciativas fundamentales como la ley de Reforma
del Sistema Hospitalario Nacional y de Hospitales
de la Comunidad, amén de la creación
del Servicio Nacional de Agua Potable, que garantizaba
la provisión de la misma a las comunidades
rurales. |
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Asimismo, fue de importancia estratégica
la ley de Medicamentos -la 16.462 y 16.463-conocida
como ley Oñativia que le daba al medicamento
un carácter de "bien Social" al
servicio de la Salud Pública y de la Sociedad.
Esta ley, promulgada en 1966, reglamentaba un estricto
control técnico de las drogas sujetas a la
experimentación humana, además del
control de precios, según la demanda de las
mismas. |
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Ahora bien, si se tiene en cuenta que los medicamentos
insumen el 50 por ciento del costo total de Salud
de la población, y que el 95 por ciento de
ese costo está determinado por el valor de
insumos, drogas y tecnología de la industria
internacional de los medicamentos, entonces se comprende
de qué manera esta ley tocó intereses
económicos de espectacular magnitud. Algunos
historiadores consideran que esta ley fue uno de
los ingredientes que llevó al golpe de Estado
de 1966. Esta fisura en el orden Institucional hizo
que la visión de Oñativia de "poner
los medicamentos al servicio de la Sociedad",
quedara truncada, ya que esa ley fue derogada inmediatamente
tras la caída del gobierno de Illia. |
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Salta fue la opción |
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En ese mismo año (1966), regresó
a Salta, desoyendo los consejos y pedidos, que,
entre otros, le daba el propio Bernardo Houssay,
que al igual que él había pasado por
situaciones adversas y, en alguna medida, similares
a las que había tenido que atravesar Oñativia.
Houssay intentó convencerlo que se quedara
en Buenos Aires, para contribuir desde allí
a la ciencia médica argentina. Sin embargo,
prefirió volver a su provincia sin un centavo
en sus bolsillos. Sus amigos coprovincianos, lo
recibieron con el mejor homenaje que puede hacérsele
a un hombre público, intachable e invalorable:
se hizo una suerte de colecta para conseguirle una
vivienda y un automóvil a fin de que pudiera
ejercer su profesión en su tierra natal. |
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Fue perseguido políticamente, calumniado,
y dejado cesante en el Instituto del Bocio que él
había creado con tanta eficiencia. Sin embargo,
continuó trabajando. Sucede que es muy difícil
detener a un hombre con una visión y una
capacidad de trabajo como la de él. La perspectiva
del tiempo demostró que sus detractores sólo
lograron poner obstáculos en su camino, pero
nadie lo detuvo. |
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Una vez encaminado el Instituto del Bocio, su
siguiente objetivo fue tratar de resolver en parte,
los graves problemas de desnutrición que
padecía la población del NOA, lo cual
generaba una alta morbimortalidad infantil. Con
la misma metodología empleada para la organización
del Instituto del Bocio, creó el Instituto
de Investigación en Enfermedades Nutricionales,
la carrera de Licenciatura en Nutrición,
y de Enfermería Universitaria. |
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Conjuntamente con la Universidad de Salta y el
apoyo de la Organización Panamericana de
la Salud (OPS), se elaboraron alimentos de alto
valor nutritivo y de bajo costo para distribuir
entre la población de menores recursos. |
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Lamentablemente, este proyecto tampoco se prolongó
en el tiempo debido a la particular situación
política que vivía el país
en ese momento. |
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Mucho más que un maestro
y un investigador |
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Paralelamente a todas sus actividades, el doctor
Oñativia nunca abandonó la docencia.
Fue profesor titular de la Cátedra de Problemas
Socioeconómicos de la Región del NOA
y presidió la Comisión de Factibilidad
de la Universidad de Salta. |
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Por su gran capacidad analítica, siempre
desarrolló en sus proyectos una detallada
metodología, documentó sus observaciones
clínicas y epidemiológicas, las que
se traducían en trabajos científicos
e informes técnicos de suma relevancia para
el desarrollo de políticas públicas
de salud. Fue, además, miembro de la Academia
Nacional de Medicina y de la Academia de Medicina
de Córdoba. |
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Epílogo |
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El doctor Arturo Oñativia, a pesar de todos
los avatares, disfrutó de un gran reconocimiento
por parte de la comunidad científica y de
la población en general. Recibió innumerables
premios, como el otorgado por la Sociedad de Medicina
Interna de Buenos Aires al mejor trabajo científico
realizado en 1954. Obtuvo el Premio Mariano Castex
entregado por la Academia Nacional de Medicina en
1970, el Premio Essex de la Sociedad Argentina de
Progresos en Medicina Interna en 1975, el Premio
al Mérito Distinguido del Círculo
Médico de Salta en 1984, la Medalla de Oro
otorgada por el Servicio Nacional de Agua Potable(SNAP)
al cumplirse los veinte años de su creación.
También la Fundación Konex le entregó
en diploma de Honor y el Konex de platino en 1983,
en la especialidad de bromatología. |
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En 1983, el 3 de abril y a los 69 años
de edad, cuando se aprestaba a competir en las elecciones
de octubre como candidato a gobernador por Salta,
cayó abatido por su enfermedad que le costó
la vida.
Arturo Oñativia representa, en gran medida,
lo mejor del ser humano. Simboliza el idealismo,
la vocación, la entrega absoluta y desinteresada,
el amor verdadero y palpable hacia el otro. Pudo
unir, en perfecta armonía, su formación
médica con su vocación política
y en consecuencia su obra trascendió y sirvió
para mejorar los niveles de salud de millones de
hombres y mujeres de nuestro país. Aparece,
sin duda, como un modelo de generosidad para recordar
y exhibir ante las nuevas generaciones de argentinos. |
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Dra. María
Elena Storani
Médica endocrinóloga, Hospital
Central de San Isidro |
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