EDICIÓN JUNIO 2006  
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Algunas reflexiones filosóficas sobre el comportamiento humano
El Informalismo
 
No es fácil calificar y menos describir todo aquello que no está definido. El "no" inicial de la frase precedente, nos sitúa en una posición que, desde el vamos, da una idea sobre la imposibilidad de algo que aún no está claro. En esta situación, si nos aventuráramos a una calificación o descripción respecto a qué es lo formal y qué es lo informal, lo haríamos sobre una línea que divide dos aspectos, ubicándonos en el medio de una realidad aceptada convencionalmente (lo formal) y la idea ingeniosa acreditada fuera de aquella por un abstractismo nominalista (lo informal), en el sentido de que tiene rótulo o nombre pero le falta la realidad parcial o total. Ambos amparados por el sistema filosófico del conceptualismo.
 
Puede ser un estado subconsciente de la mente humana, que al trasformarse en conciente, tiene expresión propia dentro de un surrealismo mediatizado en actitudes, pensamientos o juicios con selectas aceptaciones. Lo indiscutible, aunque no sea universalmente aceptado, es que cualquiera fuera su manifestación, produce satisfacciones al o a los individuos que poseen el poder de introducirlo en el mundo realista, a pesar que no en todos los casos sea este su objetivo.
 
Es posible que su nacimiento tenga la edad del ser humano, pero su aparición data desde que el hombre comienza a transformar lo simple y natural en diferentes maneras, que con el correr del tiempo adquiere el espacio definitivo, dentro de los principios racionales de la realidad, meta del idealismo platónico.
 
Aquí ya hay quizás comienzos del informalismo propiamente dicho, generados por el contrasentido, ante la necesidad de ordenar u organizar al menos lo que se conocía como el conocimiento racional.
 
En lo trascendente, la realidad supera a la fantasía desde lo pragmático. Concepto no obstante que puede llegar a ser discutible mientras lo contrario no sea probable o tenga sentido.
 
Lo formal supone un orden, una actitud, un comportamiento, respetado por una mayoría, que se encuentra consustanciada dentro de un conjunto de reglas afines.
 
Tampoco es indiscutiblemente verdadero todo lo que una mayoría acepte. Los pensamientos que perduraron en el tiempo por lo general nacieron en forma individual, en una sola persona, "todo aquello que se percibe de una manera clara, es verdadero" (Descartes).
 
Basado en la definición de este filósofo francés del siglo XVII, si una mayoría hace suyo con subjetividad cartesiana y lo sostiene a través tiempo, un fenómeno, una imagen, un hábito, podríamos decir que además de verdadero es real, luego si tiene rótulo y parte desde un realismo, es "formal".
 
Sobre el "informalismo", después de este pretendido intercambio dialéctico, tratando de despegarme de un concepto o juicio en el que estaría incluido, lo que no resulta fácil hacer y puede llegar hasta ser molesto magnificando la situación, por la confusión que se produce, me he permitido con la ilegitimidad de un lego y con la audacia de utilizar aquélla subjetividad cartesiana (pienso luego existo), tratar de encontrar semánticamente un modo personal de definirlo".
 
Partiendo de lo expuesto, el "informalismo", es una forma del pensamiento con lenguaje propio y particular. Ha conseguido por la insistencia del espíritu crítico que lo rodea, sin considerar sus causalidades, un campo que induce a aceptarlo como otra verdad y respetarlo como tal, sin ir más allá de lo prudentemente conocido.
 
"El estudio de la verdad es difícil y fácil. Prueba de ello es que no es posible, ni que alguien la alcance plenamente, ni que yerren tantos", (Aristóteles).
 
El sujeto informal a mi criterio, ve el mismo mundo que creemos formal, pero con otros ojos. Sin discusión también tiene actitudes y comportamientos, de hecho fuera de los parámetros del formalismo.
 
Podría ser una genialidad, producto de una mente superior, que la realidad está demorando en aceptarla con carácter definitivo. Podría ser también una disconformidad mental que los mecanismos del equilibrio neuronal no alcanzan a contener. Sea como fuere existe y está incluido dentro de las multiformes expresiones del accionar humano.
 
Nos hallamos entonces en el cono inductivo que nos lleva al dualismo, que califica todas las actitudes del hombre y que sin consideración las ordena secuencialmente tomando al tiempo como testigo. Hoy es buena una determinada metodología y mañana por un mecanismo confuso y generacional, se convierte en mala u obsoleta. Hoy un diseño convencionalmente aceptado, sea en la moda, como en la pintura y/o en la música, como en la arquitectura o en cualquier producción industrial, pasa por lo formal (agrada su forma, el impacto de sus colores, la calidad de su textura, la armonía de sus sonidos, etc) y al poco tiempo lo que componía su formalismo, al cambiar sus características, pierde el lenguaje expresivo del sentido de su existencia y se convierte en una amorfa realidad sólo tenida en cuenta por los del costumbrismo o los conservacionistas de las informalidades. Lo que no quiere decir que éstas pasen al pozo de los deshechos formales.
 
Entiéndase también que dentro de esas dualidades aludidas además de lo bueno y lo malo, lo formal o lo informal, están lo pensable y lo impensable, lo con sentido y lo sin sentido, lo objetivo y lo subjetivo, etc.
 
Así ubicados ¿cómo podríamos calificar u ordenar, teniendo en cuenta que no hay derechos absolutos y que todo individuo o individuos (pueblos) si tienen el derecho a autodefinirse y sin embargo, hay naciones que se arrogan la facultad de invadirlos aduciendo fines a favor de una verdadera pacificación mundial?
 
¿Cómo podríamos diferenciar entre lo doloso y lo informal (cuando no respetan reglas, leyes, derechos humanos, convenios, etc.), se multiplican las guerras civiles, persecuciones (Sudán, Chechenia, El Salvador, Haití, Afganistán, Colombia y muchas más), o no se hace nada por el hambre de tanta gente, se calcula en 50 millones los que lo sufren en el mundo (Etiopía, Sri Lanka, Camboya, el Chaco Argentino, Tartagal y cientos de pueblos sitiados, etc.)?
 
En el mismo contexto ¿cómo ubicaríamos aquello que se denomina transgénico o lo que se pretende mejorar o compensar con la metodología clonable o el permanente desconocimiento de las normas y obligaciones constitucionales y/o compromisos intra y extra nacionales por parte de gobernantes circunstanciales?
 
¿Lo transgénico, lo clonable, la sustitución morfológica de lo gonadal primitivo del cariotipo humano, mediante técnicas ablacionistas o tratamientos hormonales o químicos, la facultad autodeterminada de una acción bélica sea cual fuere su finalidad, la desactivación de organismos de controles gubernamentales, la convalidación de irregularidades institucionales, el discrecional manejo de fondos públicos, la tolerancia delictiva, por parte de funcionarios transitorios, el abuso de técnicas no naturales que incrementan la potencialidad reproductiva y de crecimiento de aves para satisfacer generalmente beneficios económicos, etc., son ejemplos de informalismo aún con base de realidad?
 
Grosero error sería considerar lo informal creativo, como prohibido y confundirlo con actitudes informales con características verdaderamente dolosas.
 
"Vivimos en el mundo de los entes ideales o formales y de las relaciones lógicas convencionalmente establecidas, de las infamias, miserias, de una monstruosa estupidez, un mundo riguroso que no quiere enterarse de los límites de lo formal y que permanece confundido o distraído fuera de los mismos"
 
Dr. Carlos Vázquez de Novoa
 
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