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EDICIÓN
AGOSTO 2006 |
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El fumador pasivo |
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Se considera fumador pasivo a quien sin fumar
aspire el humo de tabaco presente en el ambiente,
donde fuman una o más personas. |
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Millones de no fumadores, tanto niños como
adultos, se encuentran involuntariamente expuestos
al humo del tabaco en sus hogares, lugares de trabajo
y otros sitios. |
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Los hallazgos de estudios epidemiológicos
realizados durante los últimos 20 años
y estudios toxicológicos complementarios,
han puesto en evidencia la conexión causal
entre la inhalación involuntaria de humo
de tabaco y un incremento de enfermedades respiratorias
y otitis media en los niños, reducción
progresiva de la capacidad funcional respiratoria,
enfermedad isquémica cardíaca y cáncer
de pulmón. |
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Los más expuestos son los fetos, lactante
y niños hijos de padres fumadores, esposas
de grandes fumadores y personas que conviven o trabajan
con fumadores en ambientes mal ventilados, incidiendo
en la magnitud del daño, los diámetros
de los ambientes, el tiempo de exposición,
el número de fumadores, la frecuencia, tipo,
calidad y cantidad del tabaco consumido y la presencia
de otras substancias contaminantes. |
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Se han identificado en el humo de tabaco 4.700
substancias, de las cuales 80 son francamente cancerígenas,
es decir que el humo de tabaco es decididamente
dañino para la salud, tanto el que aspira
el fumador en cada pitada (corriente principal o
mainstream), como el que se desprende del extremo
incandescente del cigarrillo en los intervalos en
que no fuma (corriente lateral o sidestream). Este
humo lateral contiene respecto del humo principal,
mayores cantidades de substancias tóxicas,
cancerígenas y mutágenas. La contaminación
que ocasiona el fumador en los espacios cerrados
es indiscutible, incidiendo como es lógico,
también en aquellos que no fuman. Se considera
que el 85% de la exposición pasiva al humo
e tabaco ambiental se debe a la corriente lateral
y el 15% restante a la corriente principal. |
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Los poluentes del humo de tabaco se
dispersan homogéneamente en el aire ambiental,
de tal forma que los no fumadores ubicados cerca
o lejos de los fumadores, terminan inhalando las
mismas cantidades de substancias tóxicas
del humo; hecho demostrado porque en ambos se ha
logrado detectar iguales concentraciones de carboxihemoglobina
en la sangre. |
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Impresiona que tanto los fumadores como las autoridades
responsables parecen ignorar el problema y omiten
el cumplimiento de las ordenanzas que prohiben fumar
en espacios cerrados, lugares de trabajo, medios
de transportes, etc., soslayando este verdadero
problema de salud pública. |
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El riesgo del no fumador está en relación
directa con la intensidad y duración de la
exposición, riesgo que se acrecienta aún
más de acuerdo con la presencia de afecciones
previas cardiovasculares, respiratorias, digestivas,
etc., o si concomitantemente desempeñas tareas
coniógenas. |
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En un primer momento el humo de tabaco ambiental
ocasiona fenómenos de tipo agudo, representados
por irritación mucosa de ojos, nariz, garganta
y bronquios, reacciones alérgicas, cefaleas,
etc., luego con el tiempo pueden aparecer los mismos
graves padecimientos que aquejan al fumador activo,
dentro de los cuales se destacan por su gravedad,
la enfermedad broncopulmonar obstructiva crónica,
la enfermedad cardíaca isquémica y
el cáncer broncopulmonar. |
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El feto es receptor involuntario de grandes prejuicios
causados por su madre si ésta es fumadora,
que ponen en riesgo su salud cuando no su vida. |
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Se ha observado que estas madres fumadoras padecen
un mayor número de abortos, partos prematuros,
mayor morbilidad perinatal y fetos con déficit
ponderal que las madres no fumadoras. Losa lactantes
presentan un riesgo especial como fumadores pasivos:
mayor morbilidad postnatal, sobre todo enfermedades
del aparato respiratorio con mayor frecuencia de
hospitalizaciones, especialmente si son desnutridos
o están debilitados. |
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Los niños que cohabitan con adultos fumadores
experimentan mayor número de días
de actividad restringida e incapacidad variable
en cama respecto a los niños que viven con
adultos no fumadores. |
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En los adultos ya no se discute la relación
existente entre el humo de tabaco ambiental y el
riesgo de padecer cáncer de pulmón
del que se describen varios miles por año,
puesto que no existe un umbral inferior establecido
de exposición para el desarrollo del cáncer. |
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La enfermedad broncopulmonar obstructiva crónica
es la segunda enfermedad junto con la cardipatía
isquémica observada en los fumadores pasivos.
La exposición repetida y prolongada al humo
del tabaco se acompaña en todos los casos
de un deterioro de las funciones pulmonares en general,
además de enfermedad isquémica cardiovascular
y agravamiento de la angina de pecho. Se ha logrado
determinar que la inhalación de humo de tabaco
produce aumento de la presión arterial, bradicardia
y vasoconstricción arterial periférica.
Este último hecho, logrado sobre todo con
la corriente de humo lateral |
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Las múltiples contribuciones estadísticas
y las pruebas científicas que lograron determinar
el efecto nocivo que ocasiona el humo del tabaco
ambiental, han permitido adoptar ciertas medidas
legales para proteger al o fumador, que en definitiva
constituye la gran mayoría de la población,
emitiéndose leyes, decretos, normas, etc.,
buscando cumplir con la demanda del no fumador de
respirar aire puro, contar con lugares de trabajo
libres de polución tabáquica, transportes
sin humo, oficinas públicas sin fumadores,
etc. |
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Es de esta forma como se pueden aplicar medidas
legislativas adecuadas que al ser puestas en práctica
permitían establecer restricciones obligatorias
a los fumadores, de grado tal que alteren su conducta
en los lugares donde esté prohibido el hábito,
logrando de esta forma una menor concentración
de humo en dichos sitios. Puede ser que combinando
normas sociales contra el tabaquismo y la reducción
de las oportunidades de fumar, animen al fumador
a dejar el hábito y a los no fumadores, en
especial los adolescentes, a no iniciarlo. |
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Las estrategias a seguir entonces para lograr
una reducción del tabaquismo involuntario
en los adultos, consistirá en el tratamiento
adecuado de los locales públicos o privados
donde esa contaminación se produce. A los
niños y adultos en la casa se impone también
protegerlos, si bien esto sólo se puede lograr
a través de la educación. |
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No obstante, hasta ahora, la exposición
al humo de tabaco ambiental de una forma u otra,
el ser humano continuará recibiéndola
durante toda su vida porque muchos datos revelan
que todas las tentativas para limpiar la atmósfera
de polución tabáquica serán
infructuosas, es decir que para lograr nivel 0 de
contaminación por los poluentes del humo
de tabaco ambiental sería necesario abolir
completamente el consumo del mismo. |
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Dr. Adolfo
S. Yunis |
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