EDICIÓN DICIEMBRE 2006  
< volver
El racismo, esa eterna y grave enfermedad
 
Hace algunos años publicamos en "EL MUÑIZ HOY", un artículo titulado "Medicina contra la Sociedad. Experiencias surgidas del Tercer Reich", escrito por uno de nuestros directores.

Allí se describían los antecedentes universales que precedieron las ideas racistas del nacionalsocialismo, que incluían hechos comprometedores para las potencias que enfrentaron a Alemania y sus aliados en la Segunda Guerra Mundial.

Luego nos enteramos que, por ejemplo en Noruega, cruzaban a las mujeres nórdicas con soldados alemanes no del todo arios, para mejorar la raza. De ese apareamiento nació una de las cantantes del grupo ABBA, quien en principio beneficiada, fue llevada por su abuela a Suecia, dado que la misma sociedad que la había mimado, al caer el nazismo la repudiaba.

Ahora sabemos que hubo un programa denominado Lebensborn, que en idioma germano, significa "Fuente de la Vida".

En la Alemania Nazi existía la SS, organización paramilitar, que cumplía la función de comisaría política del partido gobernante, donde se pergeñó el citado plan.

En varias clínicas esparcidas en territorio germano y países vecinos, se recibían a mujeres embarazadas, casi todas solteras, que iban a tener sus hijos en el mayor de los secretos. Por supuesto, todas ellas tenían que ser rubias de ojos azules, sin trastornos genéticos. Además debían poder acreditar el origen paterno y jurar fidelidad al Fürher. La misma SS alentó a sus componentes a tener hijos extramatrimoniales, para la construcción de una raza superior.

Luego los niños eran criados por sus madres, diciéndoles que sus padres habían muerto heroicamente en la contienda bélica. Otros, menos afortunados, fueron dados en adopción a familiares de oficiales de la SS.

Entre 1936 y 1945 nacieron en Alemania entre 6 mil a 8 mil personas que durante muchos años desconocieron las circunstancias de sus nacimientos.

Hace unos días, 40 personas descendientes de los Lebensborn se reunieron en Wernigerode, en el centro del país, para hablar públicamente del tema y seguramente compartir la angustia que les provocó el tomar conciencia de sus verdaderos orígenes. Ellos fueron las primeras víctimas de la alteración mental de sus mayores.

Ejemplos de estos desatinos se repiten a diario a través de todo el planeta. Son otros los nombres en juego y quizás también los métodos empleados.

Pero tienen la misma simiente; el paranoico que se cree superior, y el sujeto efector de esa enfermedad, el que sufre las consecuencias de la misma, que se expresan como mínimo, en las pérdidas de los derechos naturales inherentes a todo ser viviente, no sólo el hombre.

Contra las enfermedades víricas se han descubierto vacunas y algunas de ellas, como la viruela, han sido erradicadas.

¿Podrá el hombre fabricar alguna vez los anticuerpos intelectuales culturales y/o sociales que erradiquen el racismo y sus variantes vernáculas?
 
Editorial "El Muñiz Hoy"
Año 9 Nº 4
 
< volver
 
  Institucional · Consejo Directivo · Periódico · Editorial · Comunicados de prensa
Conferencias · Actividades · Contáctenos