EDICIÓN OCTUBRE 2009  
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La influencia del médico en su prevención y tratamiento
El alcoholismo en la infancia y la adolescencia
 
El objetivo de este artículo es destacar que el médico debe poner el ciento por ciento de su influencia al servicio de la prevención del consumo de alcohol, así como del tratamiento de los problemas derivados del mismo.

Su sapiencia, protagonismo e influencia para con el recién nacido no debe limitarse a insistir hasta el hartazgo con la necesidad de utilizar el bendito recurso de las vacunas, sino que debe entenderse claramente la amplitud de su cometido.

Una de las causas más importantes del alcoholismo en la infancia proviene de su relación parental, y es desde aquí donde, por acción u omisión se manifiesta un problema de gran magnitud.
De hecho, el consumo de esta sustancia suele iniciarse en la infancia e incumbe a la familia, colegio, medios de comunicación y sociedad en general.

Analizar globalmente esta situación nos lleva a proponer una estrategia para la atención de los pacientes, cuyo objetivo sería una toma de conciencia general, para permitir el desarrollo de medidas de prevención,
Padres, maestros, trabajadores de la salud y todo aquel que esté directa o indirectamente involucrado en esta problemática, debería cumplir con el rol que les corresponde, dado que el conflicto en cuanto a las adicciones, no es solamente el referido a las drogas ilegales, sino tambien el problema del alcohol y los medicamentos de venta libre.

Por lo tanto tendría que realizarse una acción coherente en la comunidad para hacer valer las capacidades y recursos de los involucrados en la consideración de una situación tan importante como esta.

Dado su prestigio, el médico suele ser un acompañante y consejero natural en nuestra cultura, y el mismo debe constituirse en líder en este tipo de confrontación con el alcohol y estar presentes en casi todas las soluciones. Menuda responsabilidad debemos aceptar si asumimos el desafío de ejercer un protagonismo necesario pero que nos siempre nos satisface.

Podríamos llenar este artículo de estadísticas y destacar las responsabilidades de otros sectores, que las tiene, como lo mencionamos anteriormente, pero no deseamos diluir de seta forma la tarea importantísima del médico en el tratamiento y la solución de este problema.

Por lo tanto, es fundamental, que asumamos nuestras responsabilidades en la consideración y tratamiento de este flagelo universal.

Siempre será poco lo que hagamos ante tamaño desafío.
 
Dr. Rodolfo Mosenson
 
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