Buenos Aires, 29 de septiembre de 2009
Señor Ministro de Salud de la Provincia
de Buenos Aires
Dr. Claudio Zin
S/D
Habiendo transcurrido más de veinte meses
de vuestra gestión al frente del Ministerio
de Salud de la Provincia de Bs. As., no hemos
logrado a pesar de nuestra insistencia, obtener
respuesta alguna a las reiteradas solicitudes
de audiencia que tuvieran como objeto principal,
compartir inquietudes, proyectos y preocupaciones,
seguramente comunes, respecto de la problemática
de la salud en nuestra provincia.
Un gélido silencio, eventualmente interrumpido
por las trabajosas y siempre postergadas derivaciones
a funcionarios subalternos, dan sobradas muestras
del desinterés por establecer un vínculo
con los profesionales del sector organizados a
través de sus instituciones.
Con esta original actitud, jamás vista
en la política provincial, se han cerrado
las puertas al diálogo que respetuosamente
reclamamos hasta el hartazgo, resultando inconcebible
que siendo nuestras entidades parte de una problemática
común, centrada ni más ni menos
que en la salud de nuestro pueblo, no existan
canales de comunicación, ni de gestión
mancomunada al servicio del bien general, desde
el rol que a cada uno le compete.
La inagotable temática de la salud, implicaría
una interminable agenda, pasible de ser abordada
en conjunto, sin que ello significara trastocar
las responsabilidades que a cada uno le compete.
Sin embargo, el camino por Ud. elegido ha sido
exactamente el inverso, y vaya como muestra lo
acontecido con el ya finiquitado Seguro Público
de Salud.
Durante el año 2001 se inició el
desarrollo del Seguro Público, que tenía
por objeto dar cobertura en atención de
primer nivel, a vastos sectores de la población
bonaerense, que no contaba con ningún sistema
de salud organizado.
Las líneas conceptuales, sen centraron
en construir un sistema participado, mixto, donde
las fuerzas prestadoras, estatales y privadas,
se integraran a través de los gobiernos
provincial y municipales para proveer asistencia
médica, odontológica y bioquímica,
a una población nominal.
Cada una de estas características merecería
por cierto, un extenso desarrollo que no es el
caso establecer en este momento, no obstante,
no puede soslayarse, que una estrategia de penetración
de las acciones sanitarias, con población
censada, registro sanitario y los tan declamados
circuitos de referencia y contrarreferencia, además
de prever la incorporación de prevención
y abordaje de patologías prevalentes, redireccionando
recursos existentes, encontraron a nuestras instituciones
como aliados consistentes en la histórica
aspiración de contar, por remanido que
suene, con una Política de Estado en Salud.
Y no estuvimos lejos, se sancionó una ley,
se asignó el presupuesto correspondiente
y sucesivas gestiones ministeriales sostuvieron
la iniciativa, con variantes, y sobre todo con
consensos.
Vale una muy breve, auque enfática aseveración,
respecto del rol de las entidades profesionales.
En primer lugar nunca lo planteamos como el sistema
perfecto, ni exento de errores y dificultades
en su gestión, todas ellas pasibles de
corrección o modificación. En segundo
término, la participación de nuestras
instituciones, no tuvo jamás condicionantes
de corte económico, ya que en ese aspecto
trabajamos siempre a pérdida, sea económica
o financiera, y prueba de ello es que reiteradamente
anticipamos el pago a los profesionales para sostener
el sistema, frente a los crónicos incumplimiento
del Ministerio.
A poco de iniciada vuestra gestión, se
anunció el lanzamiento del Seguro Familiar,
que vendría a superar lo desarrollado hasta
ese momento.
Sin desmedro de las atribuciones que le asisten
como parte del Poder Ejecutivo, convengamos que
hubiera sido no sólo de estilo, sino ciertamente
útil para la salud de la provincia, haber
examinado en profundidad el camino recorrido,
y en tal caso, acompañar las decisiones
en armonía con los distintos actores del
sistema, desde las autoridades de gobierno hasta
los usuarios, pasando por los profesionales y
sus organizaciones.
Por el contrario, se adoptó por la vía
rápida del hecho consumado, con la decisión
suprema e inapelable de decapitar el Seguro Público
para abrir paso a un nuevo modelo.
Básicamente se nos informó que el
recurso del SPS, sería destinado a fortalecer
los planteles de los CAPS, esto es que los médicos
que asistían a una población definida
que progresivamente avanzaría hacia una
cobertura universal planificada, pasaban a ser
parte de la oferta para asistir la demanda espontánea.
Nada más lejos de una planificación.
Mientras tanto, quedaba en el limbo la atención
odontológica y de laboratorios de análisis
clínicos.
Aún así, y hasta soportando la manipulación
de cifras y estadísticas tendenciosas con
el intento de desprestigiarnos, aunque advirtiendo
que no sería el camino correcto, suscribimos
un acuerdo para acompañar la transición.
No hubo tan transición, sino un franco
retroceso, a tal punto que al día de hoy,
ni formal ni informalmente nos ha sido posible
identificar al responsable del área.
Nada de lo acordado ha sido honrado por este Ministerio,
al extremo de que el convenio suscripto en octubre
de 2008 no ha sido convalidado, y hemos sido por
Ud. notificado que continúa vigente el
contrato de 2001.
Hasta aquí llegamos. Esta comunicación,
cono todos nuestros actos, de carácter
público, hace largos meses que espera pacientemente
para salir a la luz. En primer lugar porque siempre
abrigamos la esperanza de abrir un espacio de
concertación, luego dejamos correr los
tiempos electorales para evitar cualquier especulación
política, ni mucho menos partidaria respecto
de lo aquí anunciado, y finalmente la pandemia
de gripe volvió a postergarnos, ya que
frente a esa circunstancia era impensable, de
nuestra parte, abrir la mínima grieta que
pudiera afectar la credibilidad social sobre el
sistema sanitario.
Y para no distraer demasiado tiempo más
su atención, queremos informarle, aunque
seguramente será de su conocimiento, que:
Los médicos de los consultorios han
desaparecido.
Los que atienden en los CAPS ya no toleran más
los incumplimientos del Ministerio.
La atención Odontológica y Bioquímica
están extinguidas.
Los bonaerenses, probablemente estén esperando
una respuesta.
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