EDICIÓN ABRIL 2010  
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La reforma de salud en Estados Unidos
 
El pasado 21 de marzo a las 21:49 horas, el congreso de los Estados Unidos, finalmente aprobó la reforma del sistema nacional de salud impulsada por el presidente Barack Obama.
 

Es de destacar que ya en otras dos ocasiones los presidentes Theodore Roosevelt (1901-1909) y Bill Clinton (1993-2001), no consiguieron lograr la aprobación de proyectos a menudo rechazados por los médicos y las compañías de seguros, para efectuar cambios en el polémico y costoso sistema de salud americano, sin embargo luego de más de un año de trabajo personal del presidente, recorriendo el país y buscando los consensos necesarios, a pesar de la oposición de los demócratas más conservadores, logró su cometido.

 

De los principales puntos de la reforma nos referiremos más adelante, bueno resultaría para los políticos argentinos el ejemplo de los norteamericanos, más allá de no coincidir muchas veces con sus métodos, debemos destacar el respeto por las instituciones y por la población, ya que como mencionamos se apeló al consenso, se recorrió el país para dar explicaciones a la sociedad de un proyecto, los legisladores debatieron todas las posibilidades dentro del recinto, se votó un domingo por la noche (con todos los representantes presentes), cumpliendo con su deber, no faltando a trabajar, dando quórum, expresando sus disidencias, pero trabajando.

Hecha esta mención a las diferencias en el tratamiento de las leyes entre uno y otro estado, veamos cuales son los principales puntos de la reforma, que aún hoy tiene fuerte resistencia por parte de varios sectores.

En primer término sería conveniente conocer cómo funciona hasta ahora el sistema de salud en EE.UU., cuáles son los mayores inconvenientes de ese sistema, qué propuso Barack Obama al respecto y por último cuales son las críticas desde la oposición.

En primer lugar, no hay un sistema universal, hay programas financiados por el gobierno federal, como Medicaid (para personas pobres) y Medicare (para jubilados), pero generalmente depende de los ciudadanos obtener un seguro médico, la mayoría lo consigue a través de sus empleadores.

Entre los inconvenientes del sistema, se destaca en primer lugar el de los costos, como país, destina más del 16% de su PBI -el doble que otros países de la OCDE- a la salud, en segundo lugar, la cobertura: se estima que 46 millones de personas no la tienen (15,4% de la población total), y que 25 millones tienen una cobertura inadecuada para sus necesidades (8,3% del total).

Apenas asumió, en enero de 2009, el presidente convirtió en una prioridad de su mandato impulsar en el Congreso una reforma que cumpliera por lo menos tres principios: reducir los costos, garantizar la cobertura de todos los norteamericanos y mejorar la calidad y accesibilidad del sistema.

Desde la oposición dicen que la ley es impopular y que se trata de una intrusión del Estado en el sector de la salud, que incrementará el déficit de presupuesto y reducirá las alternativas de los pacientes.

Finalmente haremos una síntesis de los cambios propuestos en la reforma votada para finalizar con una serie de cuadros estadísticos que compara tipo de cobertura, gastos, costos y evolución de los mismos.

Los cambios propuestos

Cobertura
Cerca de 32 millones más de norteamericanos tendrán acceso a un seguro médico. De esa manera, el 95% de la población estará asegurado, frente al 83% actual.

Obligación
Será prácticamente obligatorio tener un seguro médico mínimo. A partir de 2014, quien pueda tener un seguro pero no quiera contratarlo deberá pagar una multa.

Empresas
No estarán obligadas a asegurar a sus empleados, pero las que tengan un personal que supere las 50 personas deberán abonar lo correspondiente si sus empleados cobran subsidios estatales de salud.

Seguro estatal
No habrá una aseguradora estatal. En lugar de eso, cada estado deberá organizar las llamadas Bolsas de Salud, en las que se podrán comparar y comprar pólizas. (esta es una de las modificaciones que el presidente debió aceptar).

Requisitos
Los requisitos para acceder al programa de salud del Estado (Medicaid) serán reducidos para los sectores menos favorecidos.

Enfermedades
Las aseguradoras no podrán rechazar a norteamericanos que presenten enfermedades ni podrán imponer aumentos arancelarios por razones de género o del estado de salud del asegurado.

Abortos
No podrán ser financiados con fondos públicos, a menos que se trate de una violación o de un caso de incesto. (otro de los puntos resignados)

Ilegales
No tendrán cobertura (aproximadamente 14 millones de personas).

 
 
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