EDICIÓN NOVIEMBRE 2015
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La responsabilidad ante hechos de violencia
 
Una y otra vez hemos alzado la voz advirtiendo el crecimiento espiralado de la violencia en las Instituciones de Salud. El fenómeno desatado hace ya tiempo, tanto en el ámbito estatal como en el privado, lejos de resolverse, se hace cada vez más notable, habiéndose convertido en un hecho cotidiano. Ya no se trata de situaciones aisladas, o algún episodio de desborde emocional.
Todos los días, sobre todo en el área metropolitana, se registran casos de violencia contra el personal de Hospitales o Clínicas, particularmente en las guardias. Frente a las protestas de los gremios que nuclean a profesionales o no profesionales, en el mejor de los casos, las autoridades competentes reforzaron mínimamente la custodia de lugares de atención.
Aunque esto, como se dijo, ocurrió en el mejor de los casos, y aun así los resultados fueron prácticamente nulos. Nada ha cambiado, o mejor dicho, nada ha mejorado: los episodios son cada vez más frecuentes y más violentos.
Está claro que el fenómeno de la violencia y la inseguridad es muy complejo y nos atraviesa como sociedad. Si está en la calle, en el semáforo, ni que hablar del futbol, ¿por qué no habría de estar en los Hospitales?
El punto sería preguntarse si se ha planteado seriamente proteger al espacio y a las personas dedicadas a cuidar o intentar recuperar la salud de la población. A juzgar por los resultados todo indica que no.
El grave episodio acaecido hace pocos días en el Hospital Santamarina de Monte Grande, en el que además de los consabidos desmanes fueron golpeados profesionales, contó con un agravante, por cuanto el responsable del área de salud municipal justificó el accionar de los violentos, prejuzgando la mala praxis médica como origen de la batahola. Debería tomar conciencia el funcionario, que con esa actitud, en nada colabora a prevenir situaciones que en el futuro podrían ser aún más graves. No se pretende impunidad frente a hechos, que de probarse, merecerían la condena correspondiente. Lo que sí es exigible a la autoridad, es la actitud responsable a la altura de las circunstancias, con la ley en la mano y desalentando las iniciativas de pretendida justicia por mano propia.
 
Dr. Roberto Scarsi
Presidente de FEMECON
 
 
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