El tema de la inseguridad en nuestro país
ya ha sido abordado y tratado permanentemente
por todos los medios y en todas circunstancias.
Pero nos sigue acosando con su enorme peso.
Evidentemente las primeras causas del problema
se hallan en la exclusión social, la
marginación económica y los
grandes sectores de la población que
están en la pobreza y la indigencia.
La falta de educación y el aumento
geométrico del consumo de drogas en
todos los niveles sociales son también
causantes de la inseguridad.
Pero aquí nos vamos a referir a los
grandes problemas que se suscitan en el conurbano
bonaerense (y también en la ciudad
capital), por las agresiones que sufren los
médicos, enfermeras y auxiliares especialmente
en los servicios de emergencia de los hospitales
y centros de atención primaria.
Estos se han visto sobrecargados por el desborde
asistencial que se está produciendo
por las enfermedades invernales en los servicios
de guardia pediátrica, neonatología
y de ambulancias.
La agresión verbal y física
contra los profesionales y sus auxiliares
es permanente y sin miras a solucionarse.
Hace tiempo que venimos sosteniendo que la
muerte violenta de un médico o enfermera
se puede producir en cualquier momento por
el alto nivel de agresividad.
Las ambulancias de auxilio domiciliarias son
atacadas y saqueadas en algunos lugares con
serias amenazas a la vida de los profesionales
que van a tratar de salvar una vida, pero
que deben arriesgar la suya sin ninguna protección.
Las agresiones a largo plazo, que son terminar
con la exclusión, la pobreza y la lucha
contra la droga, deben ser consideradas como
la solución definitiva en forma inmediata.
Pero para la coyuntura actual se requieren
otras medidas.
Para disminuir la sobrecarga de los servicios
hospitalarios hay que nombrar a los 1500 cargos
vacantes n los hospitales provinciales y municipales,
con el debido concurso de ingresos.
Hay que implantar una seguridad pública
y no mercerizada en todos los servicios hospitalarios
y ambulancias y esto es una medida que se
puede implementar rápidamente por el
Ministerio de Seguridad.
Que las autoridades tomen cartas en el asunto
con urgencia, ya que el riesgo de vida de
los profesionales y auxiliares es constante.
Que no debamos lamentar consecuencias irreparables
en un futuro inmediato. |