El derecho a la salud de la población
de nuestro país es una obligación
del Estado según lo marca la Constitución
y algunos tratados de Derechos Humanos con
jerarquía constitucional.
Pese a esto, el grave deterioro de las prestaciones
del hospital público en todos los
niveles -nacional, provincial y municipal-
hace que gran parte de la población
soluciones este problema con obras sociales
o entidades de medicina prepaga, a pesar
de pagar sus impuestos y contribuciones.
Los afiliados a entidades de medicina prepaga
se ven afectados periódicamente por
el aumento de sus cuotas, y esto es debido
a la inflación no reconocida oficialmente
en el país y al aumento en los insumos
y en las clínicas, sanatorios, laboratorios,
etc., que suben sus aranceles.
Cuando en 1996 se creó el PMO (Programa
Médico Obligatorio) se estableció
que las Obras Sociales y las prepagas debían
brindar a todos sus afiliados un conjunto
de prestaciones médicas mínimas
en forma obligatoria.
Las entidades de medicina prepaga, especialmente
las de las entidades que nuclea la FEMECON,
que son sin fines de lucro, estructuraron
sus costos de una manera tal que al agregarse
tratamientos como el SIDA, drogodependencia,
algunas discapacidades, tratamientos de
fertilización, etc., y ahora se agrega
el tratamiento quirúrgico de la obesidad,
esos costos son imposibles de ser cubiertos
en términos económicos sin
afectar los costos del servicio por el que
pagan el conjunto de los afiliados al sistema.
No se trata de negar el acceso al tratamiento
de las personas afectadas.
Pero sí el legislador debe evaluar
que el aumento de los costos de las cuotas
de los afiliados conducirán a estos
a la expulsión del sistema por no
poder pagarlo, y se volcarán al ya
sobre demandado sector público, que
ya está colapsado, especialmente
en el Conurbano.
Algunos expertos en la materia creen que
el sistema de medicina prepaga en estas
condiciones se tornará inevitable.
Ante la sanción de la llamada Ley
de Obesidad, la Ministra de Salud indicó
que la cobertura de nuevas patologías
seguramente tendrá un impacto en
los costos de las Obras Sociales y prepagas,
e indicó que antes de la instrumentación
y reglamentación de la ley, se estudiará
el tema en profundidad y se discutirá
con los prestadores.
Tratemos entre todos de evitar el deterioro
o la desaparición del único
sistema de salud que hoy funciona razonablemente
en el país frente a la clara falta
de capacidad del Estado de cumplir con su
obligación de garantizar el derecho
a la salud.
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