Asistimos atónitos, los últimos
años, a un cambio notorio en la relación
médico-paciente.
El profesional en general, y el médico
en particular, ha dejado de ser una figura
intocables e indiscutible, para trasformarse
en muchos casos, en víctimas de sus
pacientes, familiares, etc.
No creemos que la omnipotencia o incluso
a veces las impunidad de otras épocas,
en que los médicos contemplaban desde
su posición privilegiada los acontecimientos
sin riesgo de responder por sus actos, haya
sido lo ideal.
Pero la realidad actual de Argentina y la
mayor parte de los países del mundo,
muestra con cada vez más frecuencia
que se ha pasado al otro extremo.
La crónica diaria nos informa de
agresiones verbales o físicas que
los profesionales sufren en sus consultorios,
clínicas, sanatorios, hospitales
y servicios de emergencia.
Quienes más padecen esta problemática
son, sin duda, las guardias de los hospitales,
en las que muchos médicos han sido
agredidos físicamente, con graves
consecuencias.
Se ha llegado a esta situación por
multiplicidad de causas concurrentes.
La mayor parte de los hospitales, clínicas
o sanatorios no cuentan con los elementos
imprescindibles de aparatología,
infraestructura, insumos y recursos humanos
acordes a la demanda.
El deterioro de la situación económica
de muchos estratos sociales, ha provocado
que deban recurrir a él una masa
mucho mayor de pacientes, algunos de ellos
antes beneficiarios de obras sociales y
prepagos con un nivel de exigencia que no
se corresponde con las posibilidades del
hospital público.
El accionar de los medios masivos de comunicación
muy prestos, en su mayoría a mostrar
adelantos de la medicina, sin mencionar
para nada los riesgos, y los costos que
impiden que esos adelantos puedan ser volcados
masivamente en beneficio de la población.
La creencia del público general,
influenciada por esos mismos mecanismos,
respecto a la supuesta infalibilidad del
acto médico y la consecuente falta
de aceptación del fracaso frente
a lo irremediable o los alcances limitados
de la ciencia.
Y sin ninguna duda el aspecto fundamental
como mencionáramos al principio:
el deterioro de la relación médico
paciente a la que se ha llegado por el cambio
de modelo de atención y la casi desaparición
del médico de familia, modelo al
que se pretende retornar privilegiando la
atención primaria de salud, modificando
los contenidos curriculares y la formación
profesional de pregrado, con escasos resultados
hasta la fecha.
No podemos dejar de mencionar el nivel de
violencia e intolerancia general de la población,
que constatamos a diario, asistiendo perplejos
a reacciones irracionales de individuos
o grupos, por problemas a veces mínimo.
Pero no hay duda que el área de salud,
quizás por la extrema sensibilidad
de la temática, es de las más
castigadas.
Y no solo los profesionales sino también
el personal administrativo y todo aquel
que tenga que enfrentar al público
en situación conflictiva.
Una premisa muy propia de la era del marketing
es la de considerar que "el cliente
siempre tiene razón", premisa
probablemente acuñada por empresarios
o ejecutivos que jamás tuvieron contacto
con el público.
Transpolado podríamos decir "el
paciente siempre tiene razón",
y ello no es así.
El cliente y el paciente tienen razón
cuando la tienen, y cuando no deberán
aceptarlo.
Es necesario un accionar importante por
parte de todos para modificar estas actitudes
que nos están corroyendo a nivel
sociedad.
Empleados y profesionales de la salud, deberán
considerar la posibilidad de recurrir a
la justicia para poner freno a estas actitudes.
Un paciente de un hospital de Valladolid
fue condenado a un año de prisión,
más una multa de 6 euros diarios
durante un mes, y una indemnización
de 100 euros por agresión a un funcionario
público.
Médicos y enfermeros sin diferencias
de sexo, fueron víctimas de 161 ataques
de pacientes o acompañantes (101
verbales, 35 psicológicos y 25 físicos)
desde 2005 año en que se inició
el registro de incidentes de este tipo.
Las sentencias pronunciadas sobre las agresiones
a los profesionales de la salud indican
que en España el paciente ha dejado
de tener siempre la razón (Diario
La Nación 28-12-2008)
A menudo nos quejamos de que en la Argentina
todo se judicializa.
Quizás haya llegado el momento de
poner coto a estos ataques, y el de la justicia
puede ser un recurso más.
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