Desde este espacio venimos insistiendo hace ya mucho tiempo en el tema de la violencia en el ámbito de trabajo médico.

La sociedad en la cual vivimos se torna cada vez más violenta y tanto la violencia como la inseguridad tienen raíces muy complejas y se está produciendo en la gente un acostumbramiento para nosotros nefasto, pues el fenómeno crece en todos los ámbitos y no se avizoran soluciones por lo menos a corto plazo.

La agresión verbal, la agresión física, la amenaza con armas, los saqueos y los robos, ya son moneda corriente en los Hospitales, especialmente en las áreas de emergencia.

El vaciamiento de personal en la emergencia en el conurbano bonaerense no sólo tiene que ver con los bajos salarios sino con la violencia creciente y sistemática.

Es bueno tener concursos para cubrir vacantes especialmente en las guardias pero no podemos exigirle al profesional que juegue su vida cada vez que tenga que salir con una ambulancia o tenga que atender una emergencia. Los trabajadores de la salud muchas veces están sometidos a condiciones de trabajo indignas en hospitales semiderruidos, con falta de agua o energía, con enfermeras que deben hacerse cargo de 30 pacientes internados y médicos que están solos a cargo de una guardia durante 24 horas, atendiendo a más de cien pacientes en ese lapso. Sabemos que las autoridades se preocupan, así como nuestra institución, para solucionar estos problemas, que vienen desde hace años y tienen una honda raíz social. Todo esto también genera violencia en los pacientes y en sus allegados y la descargan sobre el trabajador de la salud que circunstancialmente está a cargo de la emergencia. La violencia hacia los trabajadores de la salud es una expresión de la violencia social en la cual vive nuestra sociedad. Todos debemos trabajar para solucionar rápidamente de raíz este problema.