Un estudio estadístico revela que la mayoría de los usuarios de hospitales públicos no está conforme con la calidad de salud que se le brinda en estos centros, ya sean de la provincia de Buenos Aires o de la Ciudad Autónoma.

Las principales críticas son los escasos recursos que tienen los establecimientos, el mal estado edilicio, la falta de mantenimiento e infraestructura y la poca cantidad de médicos y enfermeras. A esto se suman la escasez de insumos, que se viene agravando en los últimos tiempos.

Esto se siente sobre todo en los servicios de emergencia, que se ven sobrepasados en los requerimientos y en donde las esperas son intolerables. ¿Es por falta de presupuesto? Aparentemente no. El país en su totalidad invierte el diez por ciento de su PBI (Producto Bruto Interno) en Salud, es decir, uno de cada diez pesos. Quizás el problema tenga que ver con la mala ejecución del presupuesto. Tampoco en el país hay falta de médicos, ya que hay 3,4 profesionales por cada mil habitantes, cuando el mínimo recomendable es uno por cada mil. El problema es cómo los distribuimos y cómo les retribuimos.

Sí, en cambio, faltan enfermeros, pues lo deseable es que existan cuatro por cada médico, y la ecuación hoy se da a la inversa: cuatro médicos por cada enfermero.

También la infraestructura hospitalaria pública genera sobrecostos por subutilización. No se pueden tener estructuras ociosas durante medio día mientras los pacientes esperan meses o hacen colas desde la madrugada para conseguir un turno.

Esto es seguramente producto de los bajos sueldos de los médicos en el sector público, permitiendo a estos trabajadores a la tarde, en el ámbito privado, tener mejores ingresos en una pugna distributiva que consolida la decadencia del hospital.

Este hospital donde no sólo está en juego la salud de los pacientes sino también son estructuras que generan conocimientos y experiencias de alto nivel para los profesionales, como sitios de referencia y de formación La inquietud y la inefi ciencia en la ejecución de los presupuestos de salud son nuestros mayores problemas.

A pesar de todo la Argentina, uno de los países de América Latina con mayor acceso a la atención y gratuidad en la salud. El nivel profesional alto, la cantidad de personal médico y el financiamiento adecuado deben ser nuestra fortaleza.