Termina el año y la evaluación y el balance que se hace de las situaciones en el ámbito de la salud en la Provincia de Buenos Aires muestra una ambivalencia de hechos positivos y negativos.

El estado de la economía en la provincia hace que los problemas de financiación sean muy serios y provocó en el mes de julio un grave inconveniente en el pago del medio aguinaldo en el sector público. Además, el aumento logrado en las paritarias ya fue consumido por las altas tasas de inflación que todos padecemos.

También en los hospitales y centros de salud continuaron los déficit de infraestructura edilicia, paralización de obras, falta de insumos básicos para una correcta atención de los pacientes y falta de personal en los niveles profesionales, de enfermería y mantenimiento y la seguridad para todos los trabajadores de la salud.
En otro plano, la falta de pago en tiempo y forma de las prestaciones médicas por el IOMA complica seriamente a los profesionales que tienen como único sostén de vida a la obra social. No olvidemos que el IOMA representa el 70 al 80 por ciento de los ingresos en la práctica privada.

Las autoridades de la provincia deben entender que el médico es un trabajador que necesita su remuneración para poder vivir y además disponer de medios económicos para continuar con su formación profesional que es un desafío constante en materia de salud.

Es justo hacer notar que el Ministro de Salud se preocupó por tratar de solucionar dentro de sus posibilidades algunos problemas y es un logro muy importante que se haya cumplido con la ley 10.471 por primera vez en el tema de llamado a concurso de pases, ingresos y funciones que regularizó el trabajo de muchos profesionales.

Para el próximo año debemos participar y consensuar todas las entidades interesadas junto con las autoridades para que se vayan solucionando todos estos problemas que, llevará a que la salud de la población en la provincia sea de alto nivel.