Quienes nos formamos en los hospitales públicos hace más de treinta años, permanentemente agradecemos esa posibilidad, pues no se concebía un médico que no hiciera hospital, ya que éste generaba confianza, experiencia, conocimientos y respaldo profesional, y los pacientes así lo entendían.

Lamentablemente hay una corriente de opinión que se fue imponiendo en los últimos tiempos, que, haciendo hincapié en que el sistema público necesita una actualización, aprovecharon para denostarlo en beneficio de intereses del sector privado.

Necesitamos volver a armar una conciencia para que el profesional que se forme en el hospital público sienta que es parte de un plan que le dará progreso profesional, competitividad, actualización y capacidad de servir a la comunidad.

Pensamos que la nueva Carrera Única Sanitaria debe cumplir un rol muy importante en la formación de los nuevos profesionales, haciendo que la labor en el hospital provoque la realización integral del nuevo médico, y a su vez con un enfoque moderno y adaptado a nuestros tiempos.

No se pueden seguir formando médicos como hace treinta años, con leyes que en esa época eran un avance. Al modificarse en forma vertiginosa y dinámica los sistemas de salud y las instituciones, es necesario que esto vaya acompañado de una legislación acorde y moderna.

Hay que hacer cambios profundos en la currícula de formación de los médicos, con menos super especialistas y más ligados a los tiempos, a los cambios y a las necesidades de la sociedad y al ámbito de trabajo.

El sistema público de salud debe volver a ser lo que fue, el más atractivo para la formación del futuro médico. Y la Ley de Carrera Única Sanitaria debe propender a que esto se logre.