Las políticas fundamentales en un estado moderno, como las de salud, educación y seguridad entre otras, deben tener continuidad en el tiempo aunque cambien circunstancialmente los espacios políticos que ocupen el poder.

Las correcciones o mejoras que dichas políticas necesiten deben ser consensuadas entre todos para evitar que no se continúen las cosas que se han hecho bien y corregir lo que se ha hecho mal o no se ha realizado.
Al final del año siempre efectuamos un balance de la labor llevada a cabo. Pero este es un año muy especial, pues se ha producido un cambio de partidos gobernantes tanto en Nación como en Provincia de Buenos Aires, y las nuevas autoridades electas se encontrarán con un panorama que representan un desafío para lograr una buena gestión en poco tiempo.

Este tipo de cambios políticos siempre conllevan una esperanza de mejoramiento general en todos los órdenes de la vida y en nuestro caso específico, en el área de salud en la Provincia.

Las políticas de salud, en los tres subsectores, sector público, seguridad social y sector privado deben ser analizadas y estudiadas por el nuevo gobierno junto con las entidades representativas gremiales y profesionales para consolidar lo que funciona bien y perfeccionar aquellas áreas que todavía no son eficientes.

En el área de la seguridad social, el convenio del IOMA con las entidades profesionales es un claro ejemplo del buen funcionamiento de una política de salud que debe ser mantenida y fortalecida, pues así lo ha demostrado en todo el tiempo que lleva de vigencia.

En el sector público se han hecho muchas cosas para mejorarlo, entre ellas el cumplimiento de la carrera hospitalaria en el tema de llamados a concursos y cobertura de vacantes, aumento de personal de enfermería y privilegiar la atención primaria de la salud entre otras cosas, pero queda muchísimo por hacer en cuanto a mejoramiento de infraestructura hospitalaria, aumento de los planteles básicos en los hospitales y centros de atención primaria , mejoramiento sustancial de las remuneraciones y de las condiciones de trabajo y erradicar la violencia en los servicios hospitalarios.

Este es un buen momento para que todos unidos, olvidando divisiones y maniqueísmos, nos pongamos a trabajar para tratar de conseguir una salud y un país mejor.

Las nuevas autoridades tienen el desafío de conducir al país para, con la colaboración de todos, lograr una mejor calidad de vida para la población.