Febrero 2016
Organización de recursos en salud
 

En el espacio territorial que se conoce como AMBA (Área Metropolitana de Buenos Aires), la atención hospitalaria, los servicios de emergencias y las condiciones sanitarias de la cuenca Matanza Riachuelo necesitan una acción coordinada de las dos jurisdicciones sanitarias que la comparten, tratando de integrar servicios sin reconocer límites ni en la General Paz ni en el Riachuelo.

El conflicto que se agudizó en los últimos años radica en la falta de coordinación de los diferentes servicios de salud entre la Nación, la Ciudad y la Provincia, que comparten a diario porteños y bonaerenses. Hoy ante ante situaciones de emergencias se discute quién debe hacerse cargo.

Que hoy Nación, Provincia y Ciudad de Buenos Aires pertenezcan a un mismo signo político debería facilitar una coordinación eficiente para gestionar y financiar la salud pública en el AMBA, con un sistema equitativo de cobertura universal para todos los habitantes del área, desde la atención primaria hasta la alta complejidad.

Las prioridades deberían ser la atención materno neonatal, brindar respuestas coordinadas ante catástrofes naturales o por accidentes, la ampliación del SAME a algunos municipios que no cuenten con un buen servicio de emergencias médicas, etc.

Además, crear comités de crisis entre ciudad y provincia para enfrentar casos de desastres naturales como inundaciones, derrumbes, incendios, explosiones, epidemias, que no deberían tener en cuenta los límites geográficos para la atención o internación de los pacientes. Ya se está implementando la ampliación del SAME al partido de Tres se Febrero que no contaba con un servicio de emergencias domiciliarias.

Los hospitales bonaerense a tienen una cama cada 423 habitantes y en los centros porteños hay una cama cada 68 habitantes. Es un ejemplo claro de que el gasto en salud no es insuficiente sino que está mal distribuido, tanto en recursos materiales como en recursos humanos.

Reforzar la inversión en hospitales del Conurbano y aumentar su dotación de personal también debe ser imperativo y prioritario.

No perdamos la oportunidad de trabajar en el diseño de políticas conjuntas, unificando los criterios esenciales de la salud pública en el área metropolitana, reorganizando los servicios y prestaciones para dar respuesta a la población, mejorando la calidad y la eficiencia de la atención de manera sostenida en el tiempo.

 
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