La población ha conocido en estos últimos días episodios casi cinematográficos de corrupción de altos funcionarios del anterior gobierno, que no han causado sorpresa pues se los imaginaba, pero que demuestra hasta qué punto ha llegado este flagelo a incidir en la vida de los argentinos.

La gente ha conocido hasta dónde llega un sistema de corrupción estructural, con un alto grado de complicidad y de impunidad de todos los poderes públicos en un sistema político que reclama profundos cambios.

Esto exige una investigación a fondo y un castigo ejemplar para todos los involucrados en estos casos.
Claramente la corrupción se halla en el sistema más allá de los hombres, de los partidos políticos o del gobierno de turno. Aparentemente así funciona la política y así se hacían los negocios con el Estado argentino, además amparados por la maquinaria de la impunidad mientras conservan el poder.
El asombro es mayor cuando se conoce la cifra que un funcionario de segunda línea llevaba para ocultar.
Cuántos hospitales, cuántas escuelas, cuántas vidas salvadas de la desnutrición. se podrían haber solucionado con ese dinero.

Permanentemente desde estas páginas luchamos para obtener un mejor presupuesto para la salud, mejores hospitales, mejores sueldos y honorarios, más provisión de insumos, crecimiento del recurso humano, etc. y ahora vemos que todo eso era posible pues los recursos estaban.

Sabemos que no todos los estamentos del país ni todas las personas que nos gobiernan están infiltrados por la corrupción y que realmente quieren cambiar el sistema y cambiar la sociedad. La gente se pregunta si los superiores de este sujeto podían ser ignorantes de este tema luego de años de trabajar juntos.

Nuestra entidad, la Femecon, es un ejemplo de institución honesta y transparente después de veinticinco años de gestionar con IOMA y otras obras sociales convenios puros y limpios para dar trabajo a los médicos de la provincia en condiciones dignas.

No todo está perdido. Sigamos luchando desde nuestro ámbito para cambiar nuestra sociedad y hacerla mejor para las generaciones venideras.