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Entrevista Jorge Iapichino, Secretario de Hacienda de la COMRA
“Entender a las instituciones médicas como factor de cambio”
Jorge Iapichino analiza la grave situación que atraviesa el recurso humano de salud, agotado y estresado tras un año y medio de pandemia, sin recomposición salarial y condiciones laborales suficientes. El rol de las entidades gremiales y la falta de diálogo con las autoridades nacionales.
 
 
¿Qué análisis hace de la situación del personal de salud hoy?
La situación es heterogénea en el país, algunos un poco mejor que otros. En la Ciudad de Buenos Aires por ejemplo se les ha postergado la licencia por estrés, un logro gremial al que se llegó a través de un convenio colectivo, que hoy no se está otorgando porque no hay suficiente recurso humano para hacer frente a la pandemia. Eso hace que el personal de salud que necesita tomarse esa licencia no pueda. Y revela la gravedad de la situación, que es insostenible desde el punto de vista del recurso humano, que no puede ser reemplazado ni en su licencia ordinaria y menos por estrés. Esto sucede en el personal de guardia y de terapia, pero también entre el personal de sala.
¿Es lo que se llama “sistema de salud estresado”?
Justamente, es el estrés del sistema de salud. Ya lo hay en épocas normales pero en este momento está colapsado. Por eso también se suspenden cirugías programadas o se posterga la atención de otras patologías, para que pueda haber recurso humano disponible.
¿Era previsible esta situación que estamos enfrentando?
Desde el año pasado se sabe que esto iba a suceder otra vez, y nosotros teníamos de alguna manera la ventaja de saber lo que iba a pasar porque antes lo vivió Europa. Acá desafortunadamente, por las razones que fueren, no contamos con la cantidad de vacunas suficientes. Aún no existe un tratamiento para la enfermedad y la única manera de parar los contagios es, o bajar la circulación con el encierro, o con vacunas y la diseminación del virus es inversamente proporcional a la velocidad de la aplicación de las vacunas. Si hoy nos pudiéramos mágicamente vacunar todos, en 20 días dejaría de circular el virus; ese sería el mejor de los escenarios. Creo que se debería haber vacunado a la mayor cantidad de gente en el verano, cuando bajó la circulación viral, así habríamos llegado a los meses fríos mejor preparados. Todavía no llegamos al peor escenario, hoy estamos con niveles muy altos de contagio y de demanda de terapias intensivas y si esta situación se mantiene en el tiempo no hay forma de contenerla y no saturar el sistema. Un sistema colapsado y con médicos agotados.
¿Hubo una recomposición salarial suficiente?
La situación económica del país hace que ni los médicos ni el resto de los trabajadores de la salud ganen lo suficiente. Desde la COMRA venimos reclamando mejores condiciones de trabajo y mejores salarios. Los salarios de los médicos en particular muchos están al borde de la línea de la pobreza.
El sistema sanitario hay que mirarlo desde todo punto de vista: desde los insumos, las camas, la complejidad, pero también desde el recurso humano. En definitiva es un sector de servicio el de salud, y si no está bien pago y en malas condiciones de trabajo, enfrentar la pandemia se hace más difícil todavía.
¿Puede ser la pandemia un parteaguas para repensar el rol de los profesionales de la salud y sus requerimientos?
Cuando llegó la pandemia el sector estaba mucho peor, sin aparatología, con camas insuficientes, con médicos de alta complejidad y terapistas que no alcanzaban y tampoco alcanzan ahora. Bastante bien la llevamos con las primeras restricciones que nos dio tiempo para prepararnos, pero con el tiempo las cosas no mejoraron para los trabajadores de la salud. Desde los gremios venimos insistiendo y reclamando tener reuniones con las autoridades de los ministerios Nacional y provinciales con representantes de los médicos y de los enfermos y los profesionales de la salud en general. El bono de tres cuotas de cinco mil pesos, que algunos recibieron y otros no, fue una decisión que se tomó en forma unilateral y sin consultar con las entidades gremiales. No estamos convocados para hablar de cuestiones laborales ni de salarios en ninguna de las jurisdicciones del país. En algunos casos decidieron comprar equipos de protección personal pero muchos profesionales lo tuvieron que comprar de su bolsillo al comienzo de la pandemia.
Y tampoco hubo planificación previa. Desde la gripe H1N1 sabíamos que podíamos volver a enfrentar una pandemia y no hubo prevención en ningún estamento y con ningún gobierno, ni éste ni los anteriores.
¿Se puede aprender de los errores en estas circunstancias?
Deberíamos aprender de los errores. Pero hoy está faltando diálogo y consenso con las instituciones médicas. Se escuchan declaraciones que luego se rectifican y esos desencuentros también se dan por falta de diálogo. Las autoridades tienen que juntarse con las instituciones que tienen representación. Hoy el problema es sanitario, Entonces además de reunirse con expertos infectólogos, creemos que es necesario que convoquen a las instituciones que representan a los profesionales de la salud. Eso no se hizo ni se está haciendo. Lo mismo sucede cuando aparecen proyectos de ley que nos involucran y no somos consultados, entonces estamos siempre en una postura reactiva y no proactiva.
No reconocen a las instituciones intermedias para tener un diálogo y frente a un escenario como este es imprescindible que podamos estar presentes institucionalmente. Para saber cómo funcionan los hospitales y cuáles son los requerimientos de los médicos tienen que convocar a las entidades médico gremiales.
¿Cuál es su análisis a corto plazo con respecto a esta coyuntura?
De actuar de la misma forma vamos a tener los mismos resultados. La esperanza está puesta en la llegada de más vacunas y en que se vacune a una mayor velocidad.
Por otro lado, cuando todo esto pase las instituciones deberían salir fortalecidas. Que se logre el reconocimiento de las instituciones médicas para aunar consensos y tener un futuro mejor en el sector sanitario y hacerlo más eficiente. Pero para eso hay que sentarse y este es el mejor momento para hacerlo. De las crisis surgen nuevas oportunidades, tenemos que aprovecharlas y no conozco otra forma de hacerlo que no sea con consenso. Es importante que reconozcan a las instituciones médicas como factor de cambio.
 
 
Por María José Ralli