En los cuatro meses que llevamos de este año, los profesionales de la salud de los hospitales públicos de la provincia llevan realizados 20 jornadas de paro. Concentrado el gobierno en resolver el problema con los docentes, la negociación con los médicos se retrasa hasta que haya un arreglo en la paritaria de los educadores.

Por supuesto que el conflicto con los médicos es menos visible que el de los maestros pero, a pesar de que es difícil medir la repercusión de los paros dentro de los hospitales, si complican la atención de los pacientes y las prestaciones de los servicios, recargando el trabajo de las guardias y los servicios de emergencias que no pueden parar.

En los 79 hospitales bonaerenses trabajan 33.400 profesionales, que según las entidades gremiales no son suficientes para brindar un servicio básico de salud, estimando que se necesitan 1.500 profesionales más. Y sabemos que el déficit más crítico se da en especialidades como pediatría, neonatología, emergentología , terapia intensiva ,clínica médica y anestesiología.

Todo esto complica la atención normal de los pacientes, pues se cancelan turnos de atención dados con meses de antelación y se los traslada para meses subsiguientes a pacientes con patologías que requieren una más pronta solución de sus problemas.

Pensamos que no se debe demorar por más tiempo la convocatoria a paritarias para la negociación salarial y el pase a planta permanente de becarios. A su vez , las entidades gremiales de todas las profesiones de la salud, deberían procurar medidas de acción alternativas al paro, pues vemos que los que más se perjudican son los pacientes y los profesionales que cubren los servicios de emergencias.

Tratemos de no politizar los justos reclamos por condiciones de trabajo y remuneraciones dignas para la abnegada tarea de los médicos y llegar a un acuerdo consensuado que será para beneficio de todos.