Arranca el último tercio de un año que se caracterizó por sus altos índices inflacionarios con salarios que no pudieron siquiera alcanzar esas cifras y el sector de la salud no fue la excepción. Es más, luego de haber puesto el cuerpo para sostener un sistema sanitario jaqueado por la pandemia durante dos años, se esperaba que este 2022 el reconocimiento se tradujera en mejores condiciones laborales, honorarios acordes e ingresos dignos. |
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| Reconocemos el esfuerzo del último aumento del 25,5% en septiembre y la reapertura de paritarias en octubre por parte del gobierno de la provincia de Buenos Aires, pero sigue sin ser suficiente. El incremento lleva acumulado en el año un 64% cuando la inflación estimada llegará al 100% anual. |
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| En estas condiciones, urge levantar una vez más la voz para advertir que esta situación pone en jaque al sistema sanitario, que los honorarios médicos tanto del sector público como lo de las prepagas y del total de las obras sociales son insuficientes y hay cada vez menos recurso humano en salud dispuesto a trabajar por magros ingresos. Esto se vislumbra con especialidades que no se cubren, con residencias que quedan sin ingresantes, una situación que se multiplica en todas las jurisdicciones, y la provincia de Buenos Aires no escapa a la regla. |
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| El sistema de salud son sus trabajadores, quienes lo hacen sostenible y eficiente, brindando atención de calidad a la comunidad. Pero no se puede esperar que todo recaiga en la vocación de servicio sin tener en cuenta que detrás de cada trabajador está la necesidad de una vida digna, de puestos laborales que le brinden la posibilidad de crecer y seguir capacitándose y no lo obliguen a saltar de un empleo a otro para poder sobrevivir. |
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| Necesitamos cuidar el recurso humano y hacemos hincapié en que el financiamiento es uno de los pilares fundamentales para poder seguir dándole impulso al sistema de salud. |
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