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Enfermedades de Gasto Catastrófico
En la Universidad ISALUD, se llevó a cabo la presentación del libro Gasto Catastrófico en Salud, que realiza un relevamiento y estimación del gasto nacional de un conjunto de prestaciones y tratamientos vinculados a la salud.
 
 
Se entiende por Gasto Catastrófico a un conjunto de prestaciones, insumos y otros cuidados de la salud, más o menos prolongados en el tiempo, que impactan en forma considerable sobre las economías de quienes deben financiarlas. La publicación propone que el desafío respecto a las Enfermedades de Gasto Catastrófico consiste en brindar protección sobre tratamientos médicos de mayor costo, con la calidad y eficiencia adecuadas, consolidando el derecho a la salud en forma equitativa, sin amenazar la sostenibilidad de los sistemas de salud.
Este trabajo tiene como objetivo estimar el costo de proveer estas tecnologías a la luz de las actuales condiciones de cobertura. Se pretende que sea una contribución al proceso de regulación de las condiciones de compra, provisión, subsidio y cobertura de las mismas; como así también un aporte en la recopilación de las bases de datos que permitan sustentar las decisiones de la futura Agencia Nacional de Evaluación de Tecnología.
El Dr. Rubén Torres, Rector de la Universidad ISALUD, dio la bienvenida a los asistentes presentes y realizó una introducción al tema. En su presentación hizo hincapié en lo inédito del esfuerzo conjunto de entidades académicas y prestacionales en el abordaje de un tema, como es el Gasto Catastrófico en Salud (GCS), que “configura un verdadero problema sanitario y que conlleva a un verdadero desafío económico y de equidad a todos los actores de nuestro Sistema de Salud”.
“Las diferentes prestaciones y tratamientos que se incluyen en el GCS están en continuo aumento y sus costos de atención y diagnóstico impactan sobre las finanzas de quienes deben pagar por ellos: los diferentes Subsectores del Sistema de Salud”, explicó. También remarcó que por sus características, tiene un impacto sobre las familias, sobre todo aquellas de menores recursos. Explicó que un objetivo del este trabajo de investigación es el de “contribuir al proceso de abordaje integral de las mismas sin que amenacen la sostenibilidad económica del Sistema de Salud, tarea de rectoría indelegable de las autoridades sanitarias. Encontrar respuestas oportunas y apropiadas aplicables a un sistema fragmentado como el nuestro, y abordar integralmente condiciones de compra, provisión, racionalización de cobertura, organización de cuidados, incorporación de herramientas de evaluación de tecnologías sanitarias y aplicación de medicina basada en evidencia”.
El Lic. Pedro Luzuriaga, uno de los autores del libro, realizó una breve descripción general del trabajo, de sus objetivos, diagnóstico de situación y de la metodología aplicada. Expuso que las variables seleccionadas para estudiar el GCS fueron: Medicamentos de Alto Costo (MAC), Trasplantes y Discapacidad. De los resultados surge que el mayor gasto lo constituyen los Medicamentos de Alto Costo con el 63% del total, seguido por discapacidad con el 34% y luego trasplantes con solo un 3%.
Luzuriaga remarcó que esos porcentajes “son para la población total, teniendo variables según tipo de financiador”. También explicó que el gasto total de estos tres grupos de variables representa el 7,5% del gasto total en Salud, definido como el 10,2% del PBI. Mientras, la Dra. Lucila Rey Ares, autora del libro, abordó los Medicamentos de Alto Costo y brindó los principales resultados: la oncohematología es la principal categoría de gasto para la seguridad social, la medicina prepaga y PAMI, la reumatología es la segunda categoría en orden de importancia para la seguridad social y para PAMI, quedando el tercer lugar luego de la Esclerosis Múltiple para la medicina prepaga, y hemofilia representa un 12% del gasto para PAMI mientras que para la seguridad social representa el 6,1% y el 2,1% para la medicina prepaga. Asimismo, el Programa Federal Incluir Salud (PFIS) por las características de su población, tiene un patrón de gastos diferente siendo su principal categoría de gasto al correspondiente a “otras terapias”, seguido por el VIH y la oncohematología en tercer lugar. Luego, el Cdor. Rubén Roldan describió los resultados tanto en discapacidad como en Trasplantes. En el primer caso se refirió a que el porcentaje de población discapacitada es significativamente mayor en el PFIS, acorde con las características del programa. Remarcó, con respecto a las prestaciones, que un beneficiario puede tener más de una prestación, por ejemplo, prestaciones educativas más transporte o prestación de apoyo. “Se observa, además que la seguridad social no desregulada tiene una cantidad de prestaciones por beneficiario discapacitado levemente mayor con respecto a otros financiadores, mientras que las tasas de uso anual son similares”, expuso. Respecto a los trasplantes, luego de hacer hincapié en que “el SINTRA aporta información exhaustiva y confiable para este tema”, habló sobre los precios de mercado y dijo que “para estimar el gasto se tomaron precios del mercado 2016 de cada tipo de trasplante, de acuerdo a un relevamiento de precios sobre prestadores de estos servicios; que resultaron un 32% en promedio superiores a los valores máximos a reintegrar a los Agentes del Seguro de Salud.” Entre los resultados mencionó que en el año 2016 se realizaron 2.668 trasplantes de los cuales el 43% corresponde a trasplante renal, seguido por medula ósea con un 36% e hígado con un 13%. Estos tres primeros en cantidad representan el 92% del total de trasplantes. Además, aseguró que “al agrupar los beneficiarios por dependencia de la institución de trasplante el 73% corresponde a establecimientos privados” y que “el 49% de los trasplantes fueron financiados por las Obras Sociales”. Entre las conclusiones arribadas por el estudio se especifica que la financiación y gestión de las enfermedades de gasto catastrófico en Argentina están limitadas por una organización fragmentada de los servicios de salud. Además, se aclara que las coberturas segmentadas originan distintas modalidades de provisión de servicios, de grados de cobertura y de formas de financiamiento, con claras ineficiencias del uso de los recursos e inequidades respecto al acceso de los servicios. A partir de ello, propusieron recomendaciones como son las compras centralizadas, fondos integrales de protección contra enfermedades de gasto catastrófico, contar con una o varias Agencias de Evaluación de Tecnologías Sanitarias y la explicitación de la cobertura médica del PMO.
 
 
 
 
Por Camila Balbín