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Entrevista Lic. Arturo Hoya, Director del Instituto Biológico “Dr. Tomás Perón”
“El Estado no puede desentenderse de la producción de medicamentos”
En diálogo con Femecon Informa, Arturo Hoya habla de la importancia de la producción pública de medicamentos y el desarrollo de vacunas. Además adelanta que se están encarando los ensayos para la fabricación de pantallas solares, que serán gratuitas para establecimientos públicos.
 
 
El Instituto Biológico “Dr. Tomás Perón” es una planta de producción de medicamentos, vacunas, sueros y de algunos medicamentos huérfanos. Pero también es un laboratorio de análisis de agua, alimentos, muestras y uno de los más importantes centros de referencia de VIH y hepatitis. “Cuando uno enumera los productos y servicios que tiene a su cargo supera los 300” explica Arturo Hoya, bioquímico y farmacéutico y hoy Director Provincial del “Biológico”, quien en diálogo con Femecon Informa sostiene que pese a las condiciones de infraestructura y operatividad con los que se encontró, “hay gente con una gran convicción de que esto tiene que seguir funcionando, y que han hecho que se pueda seguir produciendo en la medida de lo posible aunque muy por debajo de su capacidad operativa”.
“Desde el ministerio de Salud de la provincia de Buenos Aires tenemos el lineamiento de que tiene que mejorar en términos de productividad y a la vez, hacerlo en el menor tiempo posible” explica y señala que el principal objetivo es “llevar esta superestructura a un estado de excelencia porque genera bienes y servicios para la comunidad”.
Hoy los tres proyectos centrales del Instituto son reactivar la planta de medicamentos, mejorar y hacer cultivos celulares para la vacuna contra la rabia y producir nueva- mente la vacuna BCG. “La lista de proyectos es más grande, aquí se pueden hacer muchísimas cosas, pero estos son las más urgentes”, subraya.
Arturo Hoya explica que el Instituto es productor de comprimidos certificados a nivel provincial, y su rol es proveer medicamentos a establecimientos públicos. “Hoy producimos 15 medicamentos pero nos falta mucho, queremos ampliar el Vademecun. Con la producción pública bajan los costos enormemente y se ahorra dinero para el Estado”, señala y agrega: “Si somos capaces de demostrarnos y demostrar que la estructura del costo de un medicamento tiene un determinado valor, tendremos un tipo de referencia para poder después comparar cuánto cuesta y cuál es el precio del mercado”.
Hoya explica además que hoy “hay una dedicación plena y el paraguas de la Emergencia Sanitaria hacen que Nación y Provincia trabajen mancomunadamente”. En este sentido, y proyectando a futuro, el
objetivo es ampliar la planta de producción de comprimidos, ampliar la capacidad productiva y proveer más diversidad de medicamentos. “A más tardar en dos meses tenemos que estar produciendo muchos millones de comprimidos para abastecer hospitales y salas”, señala.
Producción de vacunas
En referencia a las vacunas, Hoya explica que el Biológico produce dos variantes: virales y bacterianas. De las virales la antirrábica humana y veterinaria, se producen a partir del método de cerebro de ratón lactante y la intención es hacerlo con cultivo celular, replicando el virus dentro de células, para lo cual se está trabajando con la Universidad Nacional de La Plata a fin de poner a punto esta tecnología.
En cuanto a la bacteriana, la producción de la BCG fue interrumpida. Hoya advierte que “se dejaron de producir más de 900 mil dosis anuales que se tuvieron que comprar afuera”. El Instituto producía la Inmuno BCG o BCG oncológica utilizada para el tratamiento del cáncer de vejiga. “Este producto el Biológico lo sabe hacer de alta calidad, y hoy se está importando. En promedio al año hay dos mil nuevos casos de cáncer de vejiga que tienen un tratamiento de doce dosis de 30 mil pesos cada una. Nosotros tenemos el know how para producirla, si reactivamos esta planta estamos ahorrando una erogación enorme. El Estado no puede desentenderse de la producción de medicamentos”, subraya y hace hincapié en la importancia de cubrir toda la demanda de medicamentos huérfanos, aquellos que ya nadie produce. “Ese es el primer rol mandatario del Estado. Pero al margen de eso, tenemos que producir medicamentos convencionales y de mercado, porque ahorramos dinero. Si la industria privada produjese los medicamentos a un precio razonable, el Estado les compraría. Pero eso no ocurre y el Estado debe estar presente, no sólo para ahorrar, sino también para establecer una estructura de costos, que en algún momento deben ser referencia para aquellos que definen precios”, concluye.
Producción pública de protectores solares
“Esta iniciativa surge del Ministerio como parte de un plan de cobertura de un bien que es necesario para la salud, no es cosmético, sino que previene enfermedades”, cuenta Hoya y explica que la decisión ministerial fue evaluar la factibilidad de que el Biológico produzca pantallas solares. “Con los farmacéuticos de la Unidad Productora de Medicamentos de la UNLP estamos avanzando en la definición de la fórmula de los protectores, con factor solar 30, y estamos definiendo la composición, qué filtros se usarán, la forma de aplicación, y una vez que avancemos en el desarrollo del producto se transferirá a esta planta para producir masivamente para hospitales públicos y centros de salud” sintetiza y subraya que “la idea es la gratuidad de un bien necesario para quienes es imposible acceder. Estamos hablando de gente que trabaja en el campo, en la calle, niños, etc. Son medidas que surgen desde el Estado ante una clara necesidad”.
El desarrollo de las pantallas solares se está haciendo en la Universidad de La Plata y ya están encarando los ensayos. “Yo tengo fe en que antes del verano próximo ya estará listo” pronostica y advierte: “Este establecimiento en poco tiempo será una institución de excelencia, a mi me entusiasma el hecho de poder demostrarnos que el Estado puede ser una estructura de buena productividad, eficaz, eficiente, bien administrada, que gana y reinvierte. Sueño que en un futuro, además de de ser un centro de producción y de análisis, sea un centro de investigación y desarrollo”.
 
 
Por María José Ralli