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“La pandemia es una gran lupa que amplifica el estado del sistema de salud”
 
 
Roberto Scarsi, presidente de FEMECON, analizó las condiciones de trabajo, el desempeño profesional y el hartazgo médico en el marco de un ciclo corto de encuentros organizado por Grupo PAIS -Pacto Argentino por la Inclusión en Salud-.
“El sistema de salud es tricéfalo, fragmentado y con financiamiento superpuesto”, explicó y subrayó que esta situación “entorpece el adecuado uso de los recursos”.
“El trabajo médico es como un sismógrafo que copia los movimientos de la forma de la práctica médica y los vaivenes del sistema de salud” agregó y detalló que deja a la vista el pluriempleo, la superposición de tareas, la concentración del sector, la baja remuneración, el cambio de paradigma en la relación médico-paciente y la crisis de los recursos humanos.
Scarsi explicó además que “en general en el mundo del trabajo se cuenta con una suerte de tablero de control que permite objetivar la situación, y eso no pasa en el sector médico. No contamos con ese tablero de control que nos permita una clara conceptualización de una dinámica de trabajo tan heterogénea”. El presidente de FEMECON detalló que la dinámica laboral se mide con distintos marcapasos, uno que tiene que ver con la historia de la evolución de la profesión y otro con el sistema de salud. “Llegamos a la pandemia con todo esto, ahora lo vemos más amplificado”, subrayó.
 
Mecanismos de adaptación
Scarsi hizo un repaso por una línea temporal del trabajo médico, una profesión liberal que en un principio se ejercía en forma autónoma, sin regulaciones, “con una suerte de contrato empático con el paciente, una modalidad prácticamente en extinción que hoy no llega al cinco por ciento del ejercicio de la medicina y está concentrado en las grandes metrópolis”, explicó y sostuvo que “la gran consigna de la libre elección y pago por acto médico se diluye en el tiempo a la luz de múltiples formas de contratación y formas de pago que se fueron imponiendo a lo largo del tiempo”.
Así, el trabajo médico se fue adecuando a fenómenos sociales, económicos y políticos y se sucedieron distintas generaciones de adaptación. La primera generación incluye el pluriempleo, la superposición de tareas, la especialización con aparatología y la compensación por cantidad. “Ya no es propio de la atención de la salud, es un factor de la economía en general donde salimos del terreno de la discusión del precio y pasamos a la compensación”, dijo Scarsi.
La segunda generación es “la salida del consultorio al desarrollo de algunas formas de adaptación como las cooperativas médicas, asociaciones de médicos que se unen para reducir costos de infraestructura” En esta etapa es cuando aparecen también inversores no médicos, una concentración económica y prestacional y un marcado crecimiento de la relación de dependencia. “Es el camino a la burocratización del trabajo médico y está referido a la cada vez mayor dependencia del médico en el trabajo institucional por el crecimiento vertiginoso de la tecnología que vuelve casi imposible el trabajo individual”, analizó.
Una tercera generación de mecanismos de adaptación se da donde “todos coexisten y se superponen”. Así aparecen exigencias en las condiciones de trabajo, la elección de especialidades por costo/beneficio, la atención despersonalizada y la crisis del recurso humano en salud. “En este mecanismo crecen las condiciones en las exigencias del trabajo en términos más cercanos a lo que son las reivindicaciones sindicales habituales con características generacionales muy interesantes respecto de que la generación más joven, que tiene otras expectativas en relación al trabajo, más sanos para mi gusto, e incorporan algunos factores que tiene que ver con calidad de vida, algo que las generaciones más viejas nos llevamos por delante” analizó.
 
Recurso humano
El presidente de FEMECON se refirió también a la formación de los recursos humanos en salud y reflexionó sobre la “selección adversa de la forma de acceder a una especialización”. “Se entra en una evaluación de costo-beneficio más allá de las cuestiones motivacionales” dijo y agregó que “esto está emparentado con la crisis de recursos humanos”. En este sentido, advirtió que empiezan a faltar especialidades médicas que no son elegidas por diferentes factores, como las condiciones laborales, el riesgo profesional y la despersonalización de la atención médica. “Cuanto más se enfría la relación médico-paciente más alta es la conflictividad, que luego deviene en litigiosidad, muchas veces indebida. Esto también afecta a la selección de determinados recursos”, sostuvo.
“Todo esto no lo trajo la pandemia, pero sí ejerce el efecto de una gran lupa sobre el sistema de salud y lo está haciendo visible socialmente” señaló y destacó el esfuerzo de los médicos en la superposición del trabajo. “La pandemia puso la lupa sobre algo que venimos advirtiendo hace mucho tiempo”, agregó.
Para terminar, Roberto Scarsi hizo una reflexión final: “Si se terminara mañana la pandemia, no tengo demasiada esperanza en que se empiecen a generar los instrumentos de un verdadero cambio. Hay tensiones y pujas del sistema que no están resueltas ni hay demasiadas ganas de resolverlas”.