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No naturalicemos la violencia
 
 
La violencia sobre los médicos y los integrantes de los equipos de salud generan serias consecuencias no sólo al individuo que la sufre, sino también sobre todo el equipo de trabajo, sobre el resto de los pacientes y toda la organización sanitaria que en ese momento está funcionando.
Hay que concientizar a la gente, que cuando se ataca a un médico se interrumpe el normal funcionamiento de todo un sistema ya sea público o privado, que está brindando asistencia, y pone en peligro el poder salvar una vida en ese momento.
La violencia está instalada en la sociedad y esta situación se sufre no sólo en nuestro país, sino también en naciones muy desarrolladas culturalmente, llegando a porcentajes de un cincuenta por ciento en los equipos de salud, en el total de las atenciones o prácticas.
Es fundamental instalar el tema en el seno de la sociedad y que exista una condena social bien profunda de esta problemática haciendo saber a la población que las agresiones a los médicos pueden costarle la vida al propio agresor o a un familiar por interrumpir el normal funcionamiento del sistema y no sería atendido en tiempo y forma.
Sabemos que los fenómenos de violencia en salud son multicausales, por lo que el abordaje del problema debe ser multidisciplinario, participativo e integral para tratar de paliar sus efectos.
La organización y puesta en práctica de protocolos contra la violencia externa en los hospitales de la provincia es un importante adelantó que se está poniendo en práctica, capacitando en el terreno a los integrantes de los equipos de salud, especialmente en la contención y comunicación a los pacientes y sus familiares.
Asimismo, las autoridades sanitarias deben extremar los recursos para que los hospitales funcionen con las guardias a pleno, con infraestructuras adecuadas y confortables, desalentando de esta manera posibles actos de violencia.
Hannah Arendt hablaba sobre la banalización del mal en la sociedad contemporánea. No dejemos que se produzca la banalización de la violencia hacia los equipos de salud, pues de esa manera seremos cada vez más indiferentes ante el dolor de nuestros semejantes y cada vez menos humanos.