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Cuando la salud se convierte en la variable de ajuste |
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El sistema de salud argentino se encuentra en una crisis que afecta a todos, pero especialmente a quienes deberían ser sus dos pilares fundamentales: los equipos de salud y los pacientes. Hoy, quienes necesitan acceder a una atención médica oportuna y de calidad encuentran crecientes barreras; mientras, los trabajadores de la salud soportan condiciones laborales desgastantes, salarios y honorarios insuficientes y una constante falta de reconocimiento. |
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Es evidente que un sistema en el que los médicos y demás profesionales de la salud deben recurrir al pluriempleo, enfrentarse a cargas horarias insostenibles y aceptar sueldos y honorarios que no alcanzan para cubrir la canasta básica, es un sistema en declive. Y la consecuencia directa es que los pacientes, especialmente aquellos en situación de vulnerabilidad, terminan pagando el precio de esta desatención estructural. |
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Para cambiar esta realidad es necesario un compromiso claro de todas las partes: el Estado debe asumir un rol activo e indelegable, gestionando de manera equitativa y garantizando que el acceso a la salud sea una prioridad en las políticas públicas. Asimismo, el trabajo de los profesionales de la salud debe ser valorado y remunerado adecuadamente; sólo así será posible ofrecer un servicio de calidad. |
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Si realmente aspiramos a un sistema de salud accesible y eficiente, es hora de dejar de utilizar la salud como variable de ajuste y de adoptar una política que la convierta en un derecho universal, accesible y respetuoso de la dignidad de cada paciente y cada profesional. |
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