Jaque al sistema de salud     Los equipos de salud y las instituciones hospitalarias están viviendo una grave situación que venimos remarcando desde hace tiempo, pero que ha hecho eclosión en los últimos meses debido, a las serias dificultades económicas y financieras de las cuentas públicas. Por supuesto que estos problemas se arrastran desde hace años especialmente en nuestra provincia de Buenos Aires, pero pensamos que el sistema público de salud en el cual nos formamos y del cual aprendimos la noble profesión de médico se halla en una crisis casi terminal. Nunca como este año las negociaciones paritarias para recomponer los bajísimos salarios de los profesionales de los hospitales han llegado al mes de setiembre sin una solución aunque sea transitoria, en un contexto inflacionario que se estima llegara al treinta y cinco por ciento a fin de año. Esto provoca el desaliento de los médicos a ingresar a los planteles básicos, por lo que faltan profesionales, hay exceso de horas de trabajo, estrés laboral, falta de insumos y malas condiciones edilicias y de infraestructura, algunas ya obsoletas. Este escenario se completa con el aumento de la violencia interna entre los trabajadores de la salud y la violencia externa siempre presente que se nutre de ese caldo de cultivo de insatisfacción de los pacientes por las demandas que no son atendidas en tiempo y forma. Sabemos lo complejo de la situación, pero el ajuste en el gasto público en salud debe ser muy estudiado por las autoridades pues de él depende que el sistema sanitario público de la provincia, que siempre fue un orgullo de todos los bonaerenses, no colapse definitivamente. Las políticas de salud deben tener siempre en el centro de sus acciones a los pacientes y a los trabajadores de la salud, pero en forma prioritaria y lejos de los ajustes que se deben realizar en otras áreas del sector público con gastos dispendiosos y seguramente no bien controlados e innecesarios.