Estamos finalizando un año de negociaciones por la recomposición del salario en el sector público de la salud en la provincia de Buenos Aires. |
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Recién en estos días se cerró una paritaria con las autoridades con un aumento del treinta y dos por ciento sobre los sueldos de diciembre de 2017, luego de todo un año de reuniones y propuestas. |
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Evidentemente fueron inútiles todos los paros y huelgas durante el año, pues la pérdida de poder adquisitivo comparado con la inflación llega a un diecisiete por ciento o más y esto no tiene retorno. |
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Esto nos debería llevar a replantear cuales deberían ser las formas de reclamos y negociaciones que se deberían realizar para lograr mejores resultados que los conseguidos.
Lo mismo sucedió en los reclamos docentes y de otros sectores de la administración provincial, que a pesar de los movimientos de fuerza no se consiguieron los resultados deseados, con graves perjuicios para los alumnos y la población en general. |
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La grave situación económica y financiera del país y de la provincia provoca una profunda recesión y esto lleva a un ajuste que abarca a todos los sectores por igual, pero lógicamente lo sienten más aquellos que son más vulnerables. |
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Todos debemos colaborar en la medida de nuestras posibilidades para que el ajuste sea más llevadero y que la economía se recupere rápidamente. A las autoridades les queda la obligación de que en el presupuesto para el próximo año, las partidas destinadas a salud y educación no se vean disminuidas o recortadas para que estas dos funciones indelegables del Estado se puedan cumplir sin los conflictos sufridos este año. |
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Y las entidades gremiales buscar permanentemente el diálogo y el consenso para llegar a acuerdos, sin forzar medidas de fuerza que solamente perjudican a la población sin conseguir las mejoras que se buscan. |
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