HOME INSTITUCIONAL HISTORIA CONSEJO DIRECTIVO PERIODICO EDITORIAL
 
 
Combatir la pobreza
 
 
Después de treinta y cinco años de democracia en nuestro país los datos que dan a conocer prestigiosas entidades nos muestran una tragedia que vemos a diario. La pobreza y la indigencia alcanzan al 33 por ciento de la población, uno de cada dos niños o adolescentes no satisfacen sus necesidades básicas y no estudian ni trabajan, generando una ya endémica desigualdad social.
Pensemos que en la década del sesenta los datos de pobreza e indigencia no superaban el cinco por ciento de la población, lo que indica que hemos recorrido un largo camino de decadencia bajo distintas formas de gobierno que no han sabido, no han querido o no han podido resolver este problema que pesa sobre la vida de los argentinos.
Evidentemente han faltado diagnósticos acertados y políticas que continúen en el tiempo y que se apliquen por todos los gobiernos sean del color político que sean. Desde la crisis del 2001 el gasto social en el país aumento 20 puntos lo que indica que se están atacando los efectos, por supuesto con pobres resultados, pero las falencias estructurales siguen persistiendo.
En el ámbito de la salud pública sigue sin haber políticas que continúen en el tiempo y por más buena voluntad que pongan las autoridades actuales con planes de contingencia para el corto plazo no se resolverán las demandas de la población más desfavorecida. Seguimos insistiendo en que hay que elaborar políticas de consenso y de prioridades y hay que fortalecer los presupuestos de salud en detrimento de otros gastos superfluos que se producen especialmente en años electorales como éste.
En el sector público hay que privilegiar los centros de atención primaria y los hospitales completando los planteles, mejorando las condiciones laborales, proveyendo los insumos y con salarios dignos para los trabajadores de la salud. También de esta manera se combate la pobreza. Sin recursos presupuestarios y prioridades para el sector no se garantiza la salud, que junto con la educación y la seguridad son obligaciones insoslayables del estado.