Según estadísticas absolutamente confiables, dos de cada diez familias dejaron de concurrir a las consultas médicas y de adquirir medicamentos debido a la crisis económica y social de los últimos años en el conurbano bonaerense. En la ciudad de Buenos Aires este problema se redujo a una de cada diez familias.

Este informe indica la desigualdad social que existe principalmente en el conurbano, que se visibiliza en las condiciones generales de salud de las personas, pero también la desigualdad en el propio sistema de atención de un lado y del otro de las jurisdicciones.

La privación del derecho al acceso a la salud se presenta en mayor medida en condiciones de mayor carencia económica y precariedad laboral, y esto se da en vastas zonas del conurbano bonaerense donde los índices de pobreza e indigencia han crecido a límites intolerables en una sociedad moderna.

La situación de nuestro sistema de salud, ya sea público, de obras sociales o prepagos, requiere en forma urgente de cambios sustanciales en términos de equidad y accesibilidad y para eso el Estado debe recuperar su papel rector y regulador, para que todo ciudadano se sienta protegido en su salud.

El ejercicio de la medicina debe ser reconocido y no banalizado. Al personal de salud se le exige una cuota extra de sacrificio, abnegación, entrega y desinterés que la sociedad en su conjunto no está dispuesta a asumir.

El ciudadano no debe ser un mero consumidor de salud, sino que debe estar protegido y cuidado pues la protección del bien Salud, en todos sus aspectos, inclusive en la prestación de servicios, debe ser de manejo exclusivo del Estado que debe velar por el principio de equidad y solidaridad.

Asimismo, como en todos los países desarrollados, la medicina prepaga y de servicios privados deben cumplir un rol suplementario o complementario de la cobertura pública que debe ofrecer el Estado.

Las nuevas autoridades que asuman el gobierno a nivel nacional y provincial tienen una ardua tarea por delante para solucionar los problemas económicos y sociales que se vienen sucediendo cíclicamente en nuestro país, pero la recuperación del derecho a la salud universal, equitativo, solidario e igualitario debe ser prioridad absoluta para las primeras medidas de gobierno