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Proteger al médico
 
 

Si algo expuso palmariamente la pandemia que estamos viviendo es la enorme vocación y sacrificio de los médicos y los equipos de salud para estar al frente en esta lucha diaria contra este flagelo. Pero también puso de manifiesto los largos años en que la salud nunca fue considerada y siempre estuvo en los últimos lugares de las prioridades de los gobiernos de turno.

Ahora se ven dramáticamente la falta de insumos, las infraestructuras deficientes y obsoletas, los sueldos y honorarios muy magros y las condiciones de trabajo deplorables. Todo esto no impidió ni impide que el médico ocupe su lugar en la primera fila de la lucha. La gran mayoría de la sociedad lo reconoce con aplausos, pero sabemos que con eso solo no basta.

Entre un 18 y un 20 por ciento de los trabajadores de la salud son pasibles de contagios y la principal razón se encuentra en la falta o la mala calidad de los Elementos de Protección Personal, E.P.P, que no son proporcionados en tiempo y forma como debería haberse hecho. Lamentablemente ya se han producido decesos por estas causas.

Si el Estado exige que el personal de salud esté disponible para enfrentar esta circunstancia debe garantizar que se trabaje con todas las medidas de seguridad que aparentemente según las autoridades estarían llegando en estos días.

Tuvo que llegar la peor pandemia de la historia para que quede expuesta la insustituible relevancia de los médicos para cuidar la salud de todos. Sabemos que el dinero no paga la salud, pero bienvenida sea la bonificación de veinte mil pesos remunerativos en cuatro cuotas mensuales para todos los médicos del sector público en la provincia y la negociación paritaria que llegó a un acuerdo en estos días, pero no debemos olvidar también que el gobierno debe considerar la situación muy grave que se vive en los consultorios privados en que se atienden pacientes particulares y de obras sociales que se hallan vacíos por efecto de la cuarentena, provocando serios trastornos económicos a los profesionales.

Es fundamental proteger y jerarquizar a los médicos y a todos los integrantes de los equipos sanitarios sobre los que recae la mayor responsabilidad a la hora de defender la salud, ahora durante la pandemia, pero no olvidarlos después cuando pase este momento.

La Salud siempre es prioridad.