Luego de más de dos meses de cuarentena en el ámbito metropolitano se ha llegado a junio con el previsible pico de contagiados del coronavirus. Se presumía y se confirmó que cuando el virus pasara a la transmisión comunitaria y entrara a los llamados ahora barrios populares, se produciría una explosión de su contagio. Las medidas que tomaron las autoridades asesoradas por expertos para tratar de ralentizar el contagio y así conseguir tiempo para preparar los servicios de salud públicos y privados para la emergencia, hasta ahora parecen ser suficientes tanto en la C.A.B.A como en el Conurbano.
Los médicos y todos los trabajadores de la salud prestan toda su colaboración y su esfuerzo aún trabajando a veces en condiciones que no son las ideales y con magros salarios, llegando al heroísmo en esta guerra sin armas, sacrificando su seguridad y las de sus familias en aras del bien común y muchas veces no reconocidas por algunas autoridades en algunas provincias con persecuciones ilegales.
Esperemos que además de los aplausos, a los médicos se los reconozca después de esta crisis, con mejores remuneraciones y dignas condiciones de trabajo y no vuelvan a ser olvidados por la clase política. Pero no debemos caer en la falsa grieta de salud o economía. Las dos deben ir juntas a partir de ahora y así lo deben considerar las autoridades. Está claro que la pandemia llegó para quedarse todavía un tiempo más hasta que podamos volver a la normalidad a la que estábamos acostumbrados. Para ello, habrá que enfocarse rápidamente en comenzar a resolver la grave crisis económica que venía de arrastre y que esta situación sanitaria agravó a límites insospechados y no conocidos en todo el mundo. La cuarentena profundizó este serio problema económico que además, produce una pérdida de las libertades individuales de los ciudadanos, el no funcionamiento de la justicia y aunque no se lo reconozca, una sensación de angustia en la gente por el largo encierro.
Ya hay que pensar en la pospandemia y las autoridades deben preocuparse en elaborar planes de contingencia junto con todas las fuerzas políticas de la nación para tratar rápidamente de solucionar la crisis económica que quedará en consecuencia y volver a la vida en democracia y libertad que tanto costó conseguir.