Está finalizando un año que será recordado durante mucho tiempo como uno de los peores que ha padecido la humanidad.
No solamente por la pandemia provocada por el coronavirus, sino por las graves consecuencias sociales y económicas que se producen en un universo globalizado como nunca antes.
Los pueblos de todo el mundo han debido cambiar y adaptarse a un nuevo modo de normalidad a la que no estaban preparados y han debido hacerlo rápidamente pues el riesgo de vida que provoca el virus no permitía una lenta adecuación.
En nuestro país se debió implementar rápidamente un refuerzo extraordinario en todos los sistemas de salud, que no estaban en condiciones para responder a las demandas en los sectores de cuidados intensivos que requería la patogenicidad del virus.
Es en estas circunstancias, donde se ve lo mejor y lo peor del ser humano, los médicos fueron y son un ejemplo de vocación al servicio de la humanidad y lo demostraron nuevamente poniendo en riesgo su vida y la de su familia, lo que nos hace sentir a todos nosotros el orgullo de pertenecer a esta profesión.
En ese sentido, como médicos e integrantes de los equipos de salud, nos sentimos gratificados espiritualmente por la abnegación de todos sus integrantes, luchando en primera línea incansablemente en el cuidado de los pacientes y muchos de ellos dejando su salud y hasta su vida en esa demanda.
Ello no hace más que remarcar que ser médico es una vocación de toda la vida e irrenunciable en medio de todos los desastres.
Es ahora cuando las autoridades responsables en las áreas de salud deben darle la prioridad que corresponde a estos sectores que nunca fueron considerados en ningún gobierno.
Se agradecen los aplausos y felicitaciones, pero no son suficientes.
Hace mucho que la salud no es importante para la política.
Es el momento de retribuir económicamente con buenos sueldos y honorarios a aquellos que se sacrificaron en estas circunstancias y que lo volverán a hacer si la situación lo requiere.
Que las autoridades tomen conciencia y no dejen caer en el olvido nuevamente a los trabajadores de la salud.