Ante la realidad económica que atraviesa el país, y de la que no escapa el sector de la salud, los profesionales médicos nos hallamos en una situación crítica. |
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| El atraso en los salarios y honorarios sigue siendo la variable de ajuste de los trabajadores, sin distinción. Tanto en el sector público -con paritarias que van lejos detrás de los índices de inflación- como en los sectores privado y de la seguridad social, los valores retrasados atentan contra las prestaciones de servicios en los tres niveles de atención. |
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| Los aumentos recibidos y aquellos propuestos a corto plazo son insuficientes y no alcanzan a compensar la pérdida de poder adquisitivo, producto del constante incremento del costo de vida. |
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| Esta coyuntura, que impacta en forma directa en el trabajo médico y en el acceso a la salud de la población, también afecta a las remuneraciones de los profesionales médicos jubilados. |
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| En este contexto de incertidumbre cualquier proyección económica es una incógnita, pero mientras tanto, el costo de los medicamentos y los insumos relacionados con la salud y las cuotas de la medicina privada van en franco aumento, mientras que los ingresos de los médicos están estancados. |
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El recurso humano en salud es el eslabón más indispensable de la cadena de atención, y viene siendo relegado en forma constante por las distintas administraciones. Si se corta la cadena por el hilo más delgado, el riesgo latente de una insuficiente asistencia sanitaria, terminará siendo una triste realidad.
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| Seguimos comprometidos con el derecho a la salud de la población, pero exigimos que las retribuciones sean justas, en tiempo y forma. |
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