Los bajos honorarios y los salarios de los médicos y de los equipos de salud, que no alcanzan en muchos casos a cubrir la canasta de pobreza del Indec, ponen en riesgo la atención de las personas con equidad y calidad. |
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Desde este espacio venimos advirtiendo que el deterioro de los ingresos repercute en forma directa en la salud de la población. |
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El escenario de pluriempleo, la necesidad de trabajar más horas y resignar días de descanso no es nuevo, pero la salida a esta situación es cada vez más compleja. |
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También advertimos que el deterioro económico afecta a la vocación de los médicos, que en muchos casos desisten -después de años de estudio y formación- de la elección de especialidades deseadas por otras más rentables. Este es otro punto a tener en cuenta. |
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A esta coyuntura se suma ahora, tras la aprobación de las leyes fiscales, la restitución de la cuarta categoría del Impuesto a las Ganancias y la eliminación de las exenciones vigentes para las guardias médicas, medidas que tienen un impacto directo y negativo en el poder adquisitivo de los trabajadores de la salud, y en consecuencia, en todo el sistema sanitario y su cadena de atención. |
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Otra vez, la encrucijada de trabajar más para ganar menos es probable que redunde, como en épocas anteriores y no tan lejanas, en la imposibilidad de cubrir los servicios de emergencia. |
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Sin ingresos justos, el derecho al acceso a la salud de la población está en riesgo. |
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