En el actual panorama político y social, resulta esencial recordar que las decisiones políticas no solo modelan el futuro, sino que también determinan el presente de nuestra salud. |
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La política que construye una sociedad es aquella que prioriza el bienestar colectivo, que promueve ambientes saludables, y que proporciona herramientas y recursos para una vida digna y segura. La salud no debe ser una mera aspiración, sino una realidad tangible que se refleja en la calidad de vida de cada individuo. |
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Por otra parte, el papel del Estado en garantizar el derecho a la salud es indelegable y no puede ser ejercido sin una planificación rigurosa, un enfoque metodológico sólido y una gestión transparente. Tampoco puede prescindir de la participación y el consenso de los tres subsectores, público, privado y de la seguridad social. |
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El acceso universal a la salud, uno de los pilares fundamentales para el desarrollo y el bienestar social, solo puede ser efectivo si se apoya en políticas públicas que trasciendan los gobiernos, convirtiéndolas en verdaderas políticas de Estado. |
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Sin embargo, para que estas políticas sean verdaderamente efectivas, es esencial valorar y reconocer el trabajo de los profesionales de la salud, en particular los médicos, cuya formación y dedicación requieren años de estudio y sacrificio y que hoy enfrentan una realidad preocupante: salarios insuficientes y honorarios atrasados que no reflejan la importancia de su labor. |
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La falta de una remuneración justa y adecuada no solo afecta a los individuos, sino que también repercute negativamente en la calidad del servicio que se brinda a la población. |
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El reconocimiento justo de los profesionales de la salud es una necesidad para garantizar la calidad de la atención y la eficacia de las políticas sanitarias. Debemos superar la brecha entre la aspiración de un sistema de salud equitativo y la realidad de una infraestructura que no apoya adecuadamente a quienes la sostienen. |
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La salud, entendida como un derecho humano fundamental, debe ser accesible para todos, y esto implica un compromiso real con quienes dedican su vida a cuidar de nuestra salud. |
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A través de una política que integre la salud en todas sus dimensiones, que valore el trabajo de los profesionales y que garantice el acceso equitativo a la atención, podemos construir un sistema de salud que verdaderamente promueva el bienestar y la dignidad de toda la población. Estamos convencidos que ese es el camino. |
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