HOME INSTITUCIONAL HISTORIA CONSEJO DIRECTIVO PERIODICO EDITORIAL
 
 
Covid-19: evidencias sobre la transmisión
Con una mirada multidisciplinaria y el aporte de las ciencias exactas, tres expertos analizan el modo de propagación del nuevo coronavirus, su impacto y las estrategias para la mitigación.
 
 
Durante tres días la Sociedad Argentina de Infectología -SADI- llevó adelante su congreso anual, este año en formato virtual, en consonancia con la celebración de su 20° Aniversario.
A lo largo de los encuentros, se cubrieron diversos aspectos del Covid-19, además de otros grandes temas de la infectología, con expositores e invitados nacionales e internacionales.
Una de las grandes convocatorias fue la mesa “Transmisión de Covid-19” con la moderación a cargo de Zacarías Bustos, representante en la Argentina de la coalición internacional Endcoronavirus.org, donde disertaron el bioinformático e investigador del Conicet Rodrigo Quiroga junto a Rodrigo Castro, Director del Laboratorio de Simulación de Eventos Discretos de la facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA y el español José Luis Giménez, especialista en aerosoles de la Universidad de Colorado, quienes aportaron una mirada multidisciplinaria sobre la propagación del nuevo coronavirus.
 
 
Rodrigo Castro abordó un enfoque ingenieril de la toma de decisiones a partir de datos, modelos y simulaciones, a través de un proyecto del Instituto de Ciencias de la Computación del Conicet, que se lleva adelante con apoyo público y privado de modo interdisciplinario e interinstitucional, con objetivos pre definidos para evitar un efecto determinado. En este sentido, explicó cómo determinados algoritmos procesan fuentes de datos todo el tiempo sobre ocupación hospitalaria o casos de Covid de las diferentes jurisdicciones, que se accionan en forma automáticas predefinidas o manualmente.
El resultado es una gran base de datos que se genera a partir de preguntas sumadas a datos y modelos de simulación que resultan en proyecciones que sirven luego para tomar decisiones de políticas públicas.
“Los modelos matemáticos capturan la dinámica y son herramientas que reproducen la mecánica de la propagación de un virus en una población”, explicó Castro y aclaró que “las proyecciones responden a ciertas hipótesis y no son predicciones”. “Los modelos tienen en cuenta cuántas personas contagian a cada contagiado y los tiempos necesarios para que se produzcan nuevos contagios”, señaló y sostuvo que “los parámetros del modelo se estiman para que las simulaciones se ajusten lo mejor posible a los datos conocidos de la realidad”. Esto permite proyectar comportamientos a futuro suponiendo cambios en el comportamiento social, “o que todo siga igual”, añadió.
 
 
Rodrigo Quiroga por su parte se refirió a la evaluación de estrategias de rastreo y prevención de contactos y también subrayó que “la transmisión va determinada por los comportamientos sociales”. Quiroga señaló que la evidencia científica acumulada revela la importancia de la transmisión por aerosoles y que el uso de los tapabocas y la sostenida higiene de manos “redujo la cantidad de contagios por gotas”. Aún así, se puede ver una heterogeneidad de los contagios: “hay evidencia sobre la existencia de muchas personas que contagian a uno solo y otras que contagian a 20 en los denominados eventos de superpropagación”.
El investigador del Conicet también señaló que en cuanto a los casos positivos “sólo detectamos una fracción de las infecciones reales”, producto de la circulación de asintomáticos, de sintomáticos que no acuden al sistema de salud y sintomáticos leves que no entran en la definición de caso sospechoso.
“Está claro que los asintomáticos contagian y tienen igual carga viral. La evidencia biológica dice que llevan una gran parte del contagio de esta pandemia”, aclaró.
Quiroga también se explayó sobre las estrategias de mitigación: “con el tiempo pierden efectividad, y se relajan los cuidados individuales. Esto sumado a factores estacionales fue lo que provocó la segunda ola como la de Europa” dijo y advirtió: “tenemos que tener mucho cuidado en Argentina para marzo y abril del próximo año”.
Finalmente, subrayó la importancia de las estrategias de rastreo y aislamiento, así como la necesidad de potenciar el sistema de diagnóstico para que el rastreo de contactos tenga mayor efecto. En este sentido adelantó que están trabajando en una aplicación de celular de manera anónima que alerta cuando una persona está teniendo demasiados contactos, para alentar a disminuir la circulación social. “Es importante tomar todas las medidas de prevención al mismo tiempo, porque cada una por sí sola no funciona”, advirtió.
 
 
La mirada internacional estuvo a cargo de José Luis Jiménez quien enfatizó en la transmisión por aerosoles como el modo más relevante de expansión del nuevo coronavirus. Si bien hay otras maneras de contagio, explicó, a través de las superficies o con gotas proyectiles que salen de boca y nariz, “los aerosoles quedan flotando en el aire e infectan por inhalación”. Y subrayó: “Hay una evidencia abrumadora de que la inhalación es una forma de transmisión importante”.
Para Jiménez a la Organización Mundial de la Salud “le costó reconocer que la ventilación es importante y aún así no mencionan los aerosoles. Para mi es importante explicar ésto a la gente para que se puedan proteger”. “Hay una probabilidad que sea la forma de transmisión dominante y puede ser que haya sido sobreestimada”, agregó.
Jiménez señaló además que en los eventos de superpropagación como los coros en Estados Unidos, fueron los responsables de contagios masivos: “En el interior es mucho más fácil infectarse que en el exterior y es sin duda por los aerosoles, donde diez casos contagian al 80 por ciento de los nuevos casos”.
El especialista explicó además que la física de la conversación favorece también este tipo de transmisión y por eso es tan importante el uso de mascarillas adecuadas y ajustadas, tener los ambientes ventilados, y proponer encuentros en espacios abiertos.
“La evidencia científica demuestra que tanto la tuberculosis como el sarampión se transmiten por aerosoles, en tanto que no existe evidencia de contagios por gotas” subrayó Jiménez y cuestionó que aún no se termine de aceptar la aerosolización como vía de contagios. “Los prejuicios que vienen de la historia se han convertido en un dogma de la epidemiología y es un error seguir repitiéndolo”, dijo.
Finalmente, señaló que es necesario resaltar que los aerosoles tienen la dinámica de propagación similar al humo del cigarrillo y que controlar el dióxido de carbono es una buena estrategia para medir el aire exhalado. “En el exterior hay 400 partes de CO2 por millón, mientras que en un auto con aire acondicionado hay cuatro mil partes por millón. Esos niveles son peligrosos en lugares cerrados, pero con ventilación muy rápidamente baja a 800. Medir es útil para saber cómo sirve la ventilación”, graficó. Y concluyó: “Hay que asumir que se transmite por aerosoles hasta que se demuestre lo contrario”.
 
 
Por María José Ralli