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Entrevista Marcelo García Dieguez - Centro de Estudios en Educación de Profesionales de la Salud (CEEPrS) de la Universidad Nacional del Sur
“No tenemos el médico que necesitamos en el lugar que necesitamos”
En diálogo con Femecon Informa, Marcelo García Dieguez detalla la situación actual de los médicos en nuestro país. La necesidad de revisar la carrera hospitalaria, el modelo de graduación y residencias en salud y la importancia de la integración de los subsectores.
 
 
¿Cuál es la situación de los médicos en nuestro país?
Argentina tiene cerca de cien mil médicos y se gradúan alrededor de cinco mil por año. Uno creería que con la cantidad de médicos que hay en el país tendríamos una cobertura en general bastante razonable. Sin embargo, esto es desde una mirada simplista de la situación, porque cuando empezamos a analizar lo primero que se observa es que la distribución geográfica y de especialidades de los médicos no necesariamente cubre todas las necesidades que tenemos. Es decir, no tenemos el médico que necesitamos en el lugar que necesitamos. Hay algunas especialidades que están con muchos problemas, con migración de la especialidad, porque no hay satisfacción de los profesionales, como por ejemplo, pediatría, medicina general y cuidados críticos. Además, cuando miramos la distribución de las distintas especialidades en las provincias, encontramos una muy buena cobertura en Ciudad Autónoma de Buenos Aires pero esto no se da igual en todas las provincias.
En este contexto, ¿Es posible lograr una distribución de los profesionales?
La distribución de los profesionales es difícil de lograr, por ejemplo, a un profesional que hace 20 años trabaja en la misma especialidad decirle que tiene que cambiar es imposible. La medicina es una profesión liberal y nosotros podemos tratar de poner el faro para que vayan a determinado lugar, pero la elección es del profesional. La redirección de los profesionales necesita de una política activa que tiene efectividad parcialmente. Si tomamos medicina familiar, por ejemplo, tenemos un déficit de cerca de 1500 médicos para poder brindar una cobertura territorial aceptable. Si empiezo a brindar incentivos y capacito a médicos de familia, de esa forma quizás haya algunos profesionales que se vuelquen a la especialidad. Sin embargo, seguramente no sean todos los que necesitamos. Por otro lado, en términos de la formación uno podría pensar que es cuestión de esperar porque si hay graduados que pueden cubrir las residencias en algún momento se va a acomodar, pero tampoco es posible porque en Argentina el título es habilitante con lo cual cuando se gradúan pueden ejercer sin hacer residencia. De esta manera, nos están quedando el 30% de las residencias sin cubrir.
En su opinión, ¿Por qué no se cubren todos los cupos de residencias?
Tenemos un número de oferta de residencias que supera el número de graduados. Por lo cual, sería sencillo que todos nuestros graduados hicieran residencia y si uno manejara los cupos de residencia podría direccionar el recurso humano a lo que uno necesita. Hay diferentes factores por los cuales no se cubren los cupos. Si uno mira la oferta de la residencia, si bien hay una tendencia a promover especialidades que se encuentran en situación crítica, la realidad es que todavía el peso del resto de las especialidades sigue siendo importante. Por ejemplo, en países como España, Canadá e Inglaterra cerca del 30% de los cargos de residencia se destina a la medicina familiar o general, mientras que en Argentina no llegan al 20%. Es decir, si bien hay mucha oferta de cargos de medicina general, todavía estamos por debajo de lo necesario. El segundo problema es que como no es obligatorio, nosotros aumentamos los cargos en estas especialidades pero no conseguimos más profesionales. A su vez, los estímulos para tomar determinadas especialidades en algunas áreas existen pero son insuficientes. Se puede estimular a un profesional ofreciéndole un mejor salario si hace la residencia en un lugar alejado o si la hace en una especialidad priorizada, pero es muy difícil si cuando termina la residencia su trabajo no tiene el mismo tipo de estímulo o no tiene un futuro garantizado. Otro factor es el salario, por qué un profesional elegiría una especialidad para ingresar al sistema público por un ingreso que va a ser treinta veces menor al que tendría si hace otra especialidad. En la medida en que nosotros no ordenemos cambios en el sistema de salud donde los sectores públicos y privados estén más vinculados en términos de ingreso, debemos proteger algunas especialidades como la pediatría, la medicina general y familiar y los cuidados críticos no sólo en términos económicos sino en la modalidad de trabajo.
¿Por qué hay regiones donde faltan médicos?
El 60% de los profesionales cuando termina de formarse quiere trabajar en el lugar en que se formó, ya sea en la facultad o la residencia. La mayor parte de las universidades que forman médicos se encuentran en la Ciudad de Buenos Aires y en el conurbano. Al igual que las residencias que en su mayoría se encuentran en CABA y en la provincia de Buenos Aires. Entonces cuando terminan de formarse es muy difícil que quieran irse a otro lugar, lo más probable es que se queden donde hicieron la residencia porque es seguro que la oferta laboral más rápida les llegue ahí. Con lo cual, cuando uno pretende que los profesionales vayan a trabajar a lugares más alejados además de ofrecer un buen salario se debe ofrecer formación y desarrollo profesional continuo con una red de contención.
¿Hay soluciones posibles?
En el corto plazo, tenemos que empezar a revisar las carreras hospitalarias pensando en modelos de trabajo con horarios más extendidos para reducir el pluriempleo. En Argentina cuando hablamos de multiempleo estamos por encima de tres empleos por médico. Podemos comenzar a trabajar en la articulación de subsectores en aspectos que tienen que ver con la atención primaria. A su vez, debemos buscar una forma de matrícula atenuada para nuestros graduados, que empuje a realizar la residencia y revisar la cantidad de cupos de residencia y cómo los distribuimos. Además, hay que plantear estímulos económicos donde corresponda, tal vez en lugar de seguir creando más cupos que no se completan tomar esos recursos para distribuirlos hacia donde se necesitan. Por último, hay que pensar mucho más allá de poner dinero, hay que cambiar la expectativa de la gente.
¿Qué impacto cree que tendrá la creación de la comisión interministerial de Salud y Educación que busca fortalecer la calidad de formación de los equipos de salud?
Me parece que es clave. En el nivel universitario la discusión debe darse a nivel nacional, el mundo de la educación y sobre todo el mundo de la formación en salud tienen que arrimarse. Nuestra residencia debe estar vinculada con la universidad como formación de posgrado. Trabajar articuladamente es una buena iniciativa para acercar esos dos mundos: el de la salud porque sabe lo que necesita, qué tipo y cuántos profesionales necesita, y el de educación porque sabe de las cuestiones que tienen que ver con cómo adquirir las competencias de forma adecuada.
 
 
 
Por Camila Balbín