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Entrevista. Dr. Emiliano López, Director Nacional de Talento Humano y Conocimiento
“El proyecto de Ley Nacional de Residencias busca ampliar derechos, generar ecuanimidad y calidad en el acceso”
En sesiones extraordinarias se debatirá la iniciativa, producto de un amplio consenso federal y con la participación del colectivo de residentes, universidades públicas y sociedades científicas. El plan para formar el recurso humano que el país necesita.
 
 
Médico clínico especializado en gestión pública y con un posgrado en Educación Médica, Emiliano López es docente adscripto de la UBA y se incorporó al Ministerio de Salud de la Nación en 2015 con el programa Cibersalud. En el 2020 fue convocado por la actual gestión y hoy dirige la Dirección de Talento Humano y Conocimiento, área que depende de la Secretaría de Calidad de la cartera sanitaria nacional.
La formación del recurso humano en salud es un tema sensible que preocupa a todo el sector. ¿Cuál es la responsabilidad del área a su cargo y sus principales objetivos?
La responsabilidad primaria es establecer las pautas de formación del talento humano en salud según la estrategia establecida por el Ministerio en acuerdo a todas las jurisdicciones. Básicamente, tenemos como principal compromiso establecer mecanismos de formación que fortalezcan la formación de grado, con énfasis en el sistema nacional de Residencias, que es un modo de formación de posgrado. Si bien en la medicina la carrera de grado es habilitante, para poder ser especialista es necesario hacerlo a través de varios mecanismos. La ley de Ejercicio Profesional establece que son cinco los mecanismos y uno de ellos es la residencia. Y consideramos que es el mejor modo de alcanzar una especialidad.
¿A través de qué mecanismos llevan a cabo esta política de formación?
Desde esta dirección realizamos el examen de residencias y tenemos un sistema de evaluación de las mismas. También contamos con un Observatorio Federal de Talento Humano en salud que procesa la información y los datos para saber dónde estamos parados. En forma resumida, establecemos y planificamos pautas de formación de la fuerza de trabajo en Salud que el país necesita definir para diseñar políticas y analizar cómo se distribuye en el país según las necesidades y qué recurso humano se precisa; eso es planificar el talento humano.
¿Ya se venía realizando este trabajo? ¿La pandemia visibilizó esta problemática?
La pandemia incrementó las brechas y nos permitió darnos cuenta qué nos faltaba en ciertos lugares por un lado, y por otro, generó una tensión y un estrés de los y las profesionales. Y donde hay faltantes se profundizó. La pandemia fue, sin lugar a dudas, el puntapié inicial para poner en agenda al recurso humano. Anteriormente había programas y proyectos. A partir de ahora queremos un plan de acción y por eso estamos trabajando en un Plan Nacional de Talento Humano en Salud que no existía y que ordena las acciones que se venían llevando a cabo hace tiempo, pero con planificación.
Está en el temario de sesiones extraordinarias del Congreso el proyecto de Ley Nacional de Residencias. ¿Qué los llevó a impulsar una nueva reglamentación?
Hubo un evento que marcó el problema y tuvo que ver con las adjudicaciones de los cupos de residencia. La luz roja nos la evidenció un hospital, en donde de 24 cupos disponibles se adjudican solo cuatro. A esto se suman las condiciones económicas con retribuciones desajustadas en términos inflacionarios y todo fue generando un malestar.
Entonces nos sentamos para pensar qué estaba pasando con las residencias en los últimos años. El Observatorio nos revela que son elegidas cada vez menos aunque siempre tuvieron una mística y así comenzamos por establecer un contacto fluido, sistemático y periódico con la Asamblea Nacional de Residentes y la Comisión Nacional de Residentes de Medicina General y Familiar.
¿Cuál fue el diagnóstico?
Surgieron tres grandes problemas: en primer lugar lo remunerativo que no alcanza, teniendo en cuenta además que es un sistema con exclusividad; en segundo lugar las condiciones laborales, el clima de trabajo, maltrato, un sistema jerárquico autoritario. El tercer punto, las condiciones formativas: en muchos lugares adolecen de supervisión, evaluación y formación sistematizada. Estos tres problemas son estructurales.
¿Qué cambios prevé el proyecto de Ley frente a estos problemas estructurales?
En principio, una de las normativas de origen que tiene que ver con la actual Ley 221127 fue escrita en 1979 en el contexto de un país bajo una dictadura. Y si uno hace semiología del texto encuentra significados y significantes que sienta bases para que sean trabajadores precarizados. Y además expresa términos como “someterse”, “acatar”, tiene palabras muy simbólicas y prácticas que se fueron naturalizando, que se asemejan al servicio militar.
Este proyecto, del cual nos sentimos muy orgullosos y satisfechos, no fue escrito en un escritorio ni de manera unilateral e inconsulta, sino que es producto de una construcción de las voces de los principales interesados e interesadas, que son los y las residentes. Lo fuimos elaborando en base a líneas priorizadas, hicimos borradores, se los pasamos, volvió a nosotros. Lo pusimos en común con las universidades públicas, el Foro Argentino de Facultades de Escuelas Públicas de Medicina, con las sociedades científicas y sobre todo con ministros y ministras del Consejo de Salud Federal (COFESA).
Es producto entonces de un gran consenso…
Sí, totalmente. Las diferencias son muchas veces de implementación. Cuando se amplían derechos, muchas veces chocan con estructuras establecidas que defienden un modo de funcionamiento. Ahora tenemos que pensar en guardias de 12 horas entonces surge la pregunta: ¿tenemos la cantidad de médicos suficientes? Y sí, lo que hay que hacer es un rediseño de la organización y todo cambio pone en crisis las estructuras anteriores, pero es algo que es necesario. La ley vigente permite que los y las residentes sean contratados, sean monotributistas con contrato anual, sin derechos. La nueva ley tiene como propósito fundamental ampliar derechos.
Una vez que se apruebe, ¿cómo será su implementación?
La ley es un marco legal normativo que tiene tiene fuerza para que se ejecute, pero luego hay que bajar a un reglamento, que se tiene que cumplir. Y aquí quiero destacar que, a pedido de los y las residentes, hemos creado el Observatorio Federal de Residencias del Sistema de Salud, constituido por ellos mismos y son los que tienen que militar esta ley y verificar que se cumpla.
¿Cree que con esta ley se acortarán las brechas de desigualdad?
Todos somos usuarios del sistema de salud y sabemos lo que significa ser atendidos por gente cansada, agotada, mal paga. Y ni hablar si se están formando, como los y las residentes, que dejan todo a cambio de algo que se está agotando, y nosotros tenemos que estar a la altura de la demanda de los jóvenes. Si no lo hacemos no sólo nos quedaremos sin residentes, sino también sin especialistas.
Esto en un país federal con muchas diferencias en todo sentido, genera inequidades. En definitiva la ley busca ampliar derechos, generar ecuanimidad y calidad en el acceso.
Es importante que desde todos los sectores involucrados se traccione para que la ley se trate y avance. Y más allá de esto, queremos que los actores del sistema sean parte de la agenda, no solo cuando existen los problemas sino cuando hay posibilidad de que sean parte de las soluciones.
Necesitamos el apoyo de las sociedades científicas, los colegios médicos que tienen participación en la formación de especialistas y en la certificación. Tenemos que lograr que impulsen su formación a través de las residencias.
¿Se producirá ese cambio necesario para que los médicos vuelvan a valorar las residencias como espacio de formación?
El cómo transitar la residencia tiene que estar adecuado a las nuevas subjetividades y mucho tiene que ver con el uso de las tecnologías y cómo aggiornar la pedagogía. La ley también explicita innovación en educación médica, simulación, tecnologías de telesalud y salud digital. Tiene que volver a ser atractiva, porque las y los jóvenes no identifican lo remunerativo como único problema. También identifican que no es un hábitat que coincide con sus similitudes con el mundo en el cual viven. Por eso el aprendizaje lúdico, con acceso a redes de comunicación con comunidades de práctica amplia está en el proyecto de Ley.
Por supuesto que lo remunerativo tiene que estar saldado, no tiene que haber una discusión ahí. Las residencias tienen que ser un espacio de formación con el tiempo de tránsito necesario para adquirir competencias. El tiempo lo tendrá que determinar las capacidades, inquietudes, estímulos y situaciones. Es parte de la nueva propuesta formativa para que la elijan.
Es una gran apuesta, son políticas públicas que a corto plazo van a generar un verdadero cambio y queremos que sea una hoja de ruta. Que tenga apuestas estructurales, con pequeñas luces a largo plazo pero que aspire a que no volvamos atrás.
 
 
 
Por María José Ralli