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Entrevista Francisco Leone, presidente del Cucaiba
“El trasplante tiene que ser una política de Estado”
Para consolidar la procuración y trasplante de órganos e instalar el tema como una problemática de salud pública, Leone sostiene que debe ser “apropiada por todo el sistema sanitario”.
 
 
El titular del Centro Único Coordinador de Ablación e Implante de la provincia de Buenos Aires apunta a tres ejes: instalar el tema del trasplante como una política de Estado; ser un organismo integral que incluya a las instituciones hospitalarias y brinde apoyo tanto al sistema público como de la seguridad social y finalmente, desarrollar planes de salud preventiva.
“Estamos transitando el tercer año de gestión y estoy satisfecho con el proceso que se viene dando, pudimos lograr algunos objetivos que para nosotros eran fundamentales” resume Francisco Leone.
La temática del trasplante de órganos, ¿es un tema de agenda sanitaria ya instalado?
Sí, es un tema de agenda. Nuestro primer desafío fue volver a consolidar una organización que tenía algún deterioro en cuanto a su funcionalidad. Queríamos volver a ser lo que alguna vez fuimos. Hoy participamos activamente en reuniones semanales en los hospitales y tenemos la oportunidad de informar lo que pasa en esta área, una temática que no solo es de Cucaiba. Trabajamos para revertir esta lógica e instalar que es una problemática de salud pública que tiene que ser apropiada por todo el sistema sanitario.
Y también instalar el tema de la donación de órganos en la comunidad y profundizar la idea de que es eminentemente solidario. Que una persona done los órganos en el momento de la muerte de un ser querido es un acto de mucha bondad.
¿Cómo impactó la Ley de Donación y Trasplante que entró en vigencia en 2018?
A partir de la nueva ley, y tomando un solo indicador como referencia, en 2017 teníamos alrededor de un 40 por ciento de negativa familiar en la donación. Hoy tenemos menos de un diez por ciento de negativa y con esto podemos decir que la población entendió perfectamente el problema. Ahora lo que necesitamos es que se empiece a entender dentro del sistema sanitario, tanto en el sector público como en el privado.
Cuando habla de consolidación, ¿a qué se refiere?
Desde el punto de vista de la procuración, estamos trabajando en una propuesta que reformula el modelo de organización. Antes salíamos desde el nivel central, íbamos a los hospitales con un equipo. Ahora trabajamos en una propuesta de descentralización de la procuración en los hospitales públicos de la provincia de Buenos Aires. Estamos creando, como establece la Ley, servicios de Procuración y Trasplante en los establecimientos. Esta actividad a partir de ahora es propia del hospital y asume todo lo que significa la detección, evaluación y diagnóstico de muerte el propio hospital y nosotros hacemos apoyo logístico. Y también destaco, en esta consolidación del Cucaiba, el rol de la farmacia, el hogar de tránsito y el área de Comunicación, un puente entre las distintas organizaciones de la sociedad civil, con un profundo trabajo en territorio.
¿Pudieron este último año recuperar los valores de la pre-pandemia?
Con la pandemia cayeron todos los valores, no llegamos aún a los números de 2019 pero estamos muy cerca. Podemos decir que estamos satisfechos pero no conformes y esto lo establece la diferencia entre efectividad y eficacia: en procuración si uno lo mira desde el punto de vista del aumento, sí fuimos efectivos. Pero no eficaces, porque siguió aumentando la lista de espera. Mi objetivo es bajar la lista de espera, además de procurar más.
¿Cuáles son los principales problemas que enfrenta la gestión?
Uno es la lista de espera de córneas, que suma cerca de dos mil pacientes. El 70 por ciento de la lista de espera nacional en este ítem es bonaerense. No sabemos bien por qué, lo estamos estudiando. Creemos que la accesibilidad a los servicios de oftalmología de la provincia es mejor que en otros lados, porque sin diagnóstico oftalmológico no se puede incorporar a la lista de espera. A pesar del número alto, sin embargo, no tenemos personas ciegas en esta lista; eso es muy importante y para nosotros es prioritario.
Otro problema que enfrentamos es la lista de espera renal. Estamos trabajando articuladamente con el programa de Salud Renal del ministerio porque además de dar respuesta en el trasplante queremos transmitir que hay que hacer prevención para no llegar a la enfermedad renal terminal. Estamos haciendo lo que se denomina epidemiología de la lista de espera, para saber qué está pasando al tiempo que incorporamos la telemedicina para comunicarnos con los pacientes en espera de ambas listas y hacer seguimiento.
Retomando la idea del tema del trasplante como política sanitaria. ¿Cómo están trabajando para lograr ese objetivo?
Queremos tener servicios públicos de trasplantes y el desarrollo de servicios en hospitales es uno de los ejes de esta gestión. Ya recuperamos el trasplante de médula ósea en el hospital pediátrico Ludovica de La Plata y en el Rossi, de adultos. También incorporamos nuevas tecnologías, como el primer tratamiento de fotoféresis en la provincia y en un hospital público, lo que nos da mucho orgullo.
A su vez, desarrollamos la Red de Servicios Públicos de Trasplante de la Provincia de Buenos Aires, con la participación de los hospitales provinciales, municipales y nacionales, fundamentalmente con El Cruce, en forma articulada y estamos trabajando en un programa de Trasplante Pulmonar para tener uno propio.
Con esta red pública, cubrimos el 95 por ciento de la demanda de los pacientes del Ente de Financiamiento de Trasplantes, pero también trabajamos en forma conjunta con el sector privado. Queremos fortalecer el trabajo en red para ofrecer el servicio de trasplante lo más cercano posible al domicilio del paciente. Hay cuestiones que nos identifican: somos la provincia que tiene cobertura universal. Para los que tienen cobertura médica, aquí estamos para cualquier consulta, somos referentes.
Queremos seguir construyendo con prevención y con una red que se debe profundizar. El trasplante tiene que ser una política de Estado, es un tema de concepción sanitaria, más allá de cualquier ideología.
¿De qué forma los profesionales de la salud se pueden encolumnar detrás de estos objetivos?
Desde los saberes en salud la muerte es vista como un fracaso. Pero la muerte es un proceso biológico, necesitamos entenderlo como tal y transformar esa mirada de la muerte. Los servicios sanitarios pueden acompañar, además del buen vivir, en ese momento al buen morir si esa muerte se transforma en donante de órganos. Se puede convertir, de ser un indicador de fracaso, a un indicador de calidad. Es difícil, pero es necesario cambiar toda una cultura de la muerte como fracaso de la salud.
Finalmente, si tuviera que sintetizar sus próximas metas ¿cuáles serían?
Apuntamos a dejar instalado el tema del trasplante como una problemática de salud pública y por lo tanto, como política de Estado. También la incorporación de las instituciones hospitalarias en esta política, y a la vez formar parte de un organismo integral de salud que ayude tanto al sistema público como a la seguridad social a resolver estas cuestiones y a plantear el problema desde la prevención; porque eso también es política sanitaria.
 
 
Por María José Ralli