HOME INSTITUCIONAL HISTORIA CONSEJO DIRECTIVO PERIODICO EDITORIAL
 
 
Entrevista a Jorge Iapichino, presidente de la COMRA
“Cuando no hay diálogo aparece la incertidumbre”
En un contexto de crisis sanitaria y sin políticas claras, la Confederación Médica de la República Argentina sienta posición y advierte sobre el deterioro del sistema de salud, la falta de diálogo institucional y el intento de desregular la profesión médica. En diálogo con FEMECON Informa, su presidente, Jorge Iapichino, expone los principales puntos críticos.
 
 
¿Cuál es el análisis que hacen desde COMRA sobre la coyuntura sanitaria actual?
Lo primero que vemos es una gran falta de diálogo. Y no es porque no hayamos intentado: mandamos notas, solicitamos entrevistas, expusimos nuestra posición en distintos temas, como el de las residencias. Pero evidentemente no hay voluntad de escuchar. Y cuando no hay diálogo, lo que aparece es la incertidumbre. Lo único que hay en el sector es incertidumbre.
Por otro lado, hay manifestaciones preocupantes por parte del Ministro de Salud, sobre todo cuando se refiere a las instituciones que él llama “intermedias”, como si su único fin fuera retener recursos económicos. Él conoce el sector y sabe perfectamente que esas instituciones cumplen funciones que el Estado no puede asumir. Desde nuestro punto de vista consideramos que el gobierno se está equivocando en muchos temas. No vemos ninguna política de salud clara y las medidas que se han tomado hasta ahora son aisladas, parciales.
 
¿Cuál es el diagnóstico sobre la situación en las provincias?
La realidad del país es muy heterogénea. Hay provincias donde el sistema de salud está bien organizado y otras donde es un desastre. El Ministerio de Salud de la Nación, ni este ni los anteriores, ha logrado ejercer un rol de gobernanza para equilibrar esas desigualdades. Por eso seguimos teniendo provincias con indicadores de salud inaceptables: mortalidad infantil y materna vergonzosa, entre otros. Y de eso no se habla; se habla de medicina privada, de desregulación de la seguridad social, pero no de salud pública.
 
¿Qué lugar ocupa hoy la salud pública en la agenda política?
La salud pública no está en agenda como un derecho respaldado por la Constitución, se la mira solo desde una perspectiva económica, y cuando se enfoca únicamente desde lo económico y no desde lo social, estamos ante un problema grave. La salud necesita datos, planificación, visión estratégica. Y los datos no son opiniones: son realidades medibles.
Un ejemplo claro es el enfoque que se tuvo con los residentes. Se los consideró sólo desde el costo: becas sin cargas sociales, con el objetivo de pagar un poco más, pero a costa de engañar al fisco y perjudicar la jubilación futura de esos profesionales. Yo fui residente, y esos años me sirvieron para jubilarme. Hoy la residencia está más cerca de la explotación que de la formación. Falta una planificación seria del recurso humano en salud, que no es un problema nuevo, pero hoy muestra su cara más crítica.
 
¿Y qué consecuencias está teniendo esa falta de planificación?
Los profesionales están buscando otros horizontes. Los que trabajan en el Estado migran al sector privado, y otros a provincias con mejores condiciones económicas. Incluso muchos se van del país. El recurso lo formamos nosotros, pero lo terminan disfrutando otras sociedades. Y la medicina privada también está en crisis. Hoy se discute si se prorroga la emergencia económica para los sanatorios hasta fin de año, porque si no, muchos no pueden seguir funcionando. En varias provincias se ha perdido la mitad de los sanatorios en los últimos años. Y cuando cierran, se pierden fuentes de trabajo para los médicos.
 
¿Hay algún aspecto positivo en las medidas que se han tomado?
Sí, por ejemplo, el avance en la receta electrónica, o la incorporación de estudios de laboratorio en la nueva resolución. Eso ordena y va en el camino correcto.
Pero en otros temas están completamente desorientados. Y lo más grave es que no hay diálogo. Y sin diálogo, cualquier política de salud fracasa, porque requiere la participación de todos los actores. Nosotros queremos que quede claro: no participamos en ninguna de las medidas que se han tomado hasta ahora, no fuimos convocados y eso es algo que queremos que toda la sociedad sepa.
No queremos convertirnos en una organización meramente contestataria, queremos dialogar porque también consideramos que el Ministro de Salud tiene la experiencia suficiente para sentarse a construir soluciones. No pretendemos co gobernar, porque no es nuestra función, pero sí señalar lo que creemos correcto y lo que no.
 
La COMRA viene sentando posición frente a los distintos conflictos que enfrentan tanto los médicos como las entidades que los representan…
Para nosotros, defender al médico es inseparable de defender las instituciones que forman parte del sistema. Por eso estamos donde hay problemas, sobre todo cuando se intenta desvalorizar el rol de aquellas organizaciones que, muchas veces de manera equivocada, son catalogadas como “intermediarias”. Desde COMRA insistimos en la necesidad de un enfoque más comprensivo, menos economicista, que reconozca la función social de estas estructuras.
 
Desde la entidad manifestaron explícitamente el rechazo al proyecto de Ley que desregula la actividad profesional. ¿Cuál es su posición personal?
Lo que se plantea es una barbaridad, si no existieran los colegios médicos en cada provincia, como ocurre en Capital Federal, el control profesional queda completamente desregulado. Son las propias profesiones las que sancionan las conductas que violan sus códigos de ética; eso no lo hace el Estado. El mejor ejemplo es la Ciudad de Buenos Aires: allí no hay colegio médico, y eso genera un vacío institucional. Por eso no se puede despreciar el rol de los colegios como si fueran meros intermediarios económicos.
El gobierno no puede sustituir a esas instituciones ni verlas como un estorbo. No se trata de quedarse con porcentajes o manejar cajas, como algunos sugieren. Se trata de garantizar el ejercicio ético y responsable de la profesión. Por eso insistimos en que debe haber diálogo.
 
Finalmente, se acerca el Congreso de COMRA. ¿Cuáles son las expectativas en esta coyuntura?
El Congreso se va a realizar el 28 y 29 de agosto, en la sede de la Confederación, y está dirigido a todas las filiales y a todos los médicos que quieran participar. Se organiza en conjunto con la RAS -Red Argentina de Salud-
El objetivo es mostrar en qué situación estamos, diagnosticar el presente y pensar las perspectivas a futuro. Vamos a tener expositores de referencia, y si bien aún no está cerrado el programa, la idea es abordar la realidad del sector desde una mirada multidisciplinaria: política, económica y gremial.
 
 
Por María José Ralli